lunes

Y eso sería, básicamente

Bueno, resulta que terminé con PJ. Sí ya pasó hace como tres semanas pero recién ahora me pongo a escribir. Igual no hay mucho que decir. Las cosas se terminaron porque no íbamos en la misma onda, porque estábamos subidos en el mismo tren pero no íbamos al mismo sitio. Es una pena. la verdad, de hecho lo único que pienso cuando pienso en este rompimiento es eso: qué huevada. Es una huevada que hayamos terminado, o mejor dicho que no haya funcionado. Es una huevada porque nos queríamos y nos sentíamos a gusto y cuando estábamos juntos todo era tan divertido y tan mágico. Es una huevada porque quieras o no siempre te queda esa sensación estúpida de qué hice mal, por qué no soy yo la mujer para él ni él el hombre para mí. Es una huevada porque mi casa, el barrio, la música, el café de la mañana, el pan, las golosinas, las películas, todo está lleno de PJ y ya no está y nunca más va a estar ni vamos a ser los dos que algún rato fuimos. Es una huevada porque aunque nos digamos que vamos a ser amigos, es una mentira porque nunca fuimos amigos, porque siempre fuimos pareja y a veces hasta ni sé si fuimos pareja o no. En fin. Es una huevada porque puedo soportar los días, pero las noches me resultan complicadas y me cuesta poder dormirme. Porque otra vez toca hacer un millón de cosas sola y esperar a ver si algún día aparece la persona que sea para mí. Eso.
Pero de todas maneras no todo es tan terrible, al fin y al cabo aunque sea triste no me arrepiento de la decisión qeu tomé porque juntos ya no íbamos a ninguna parte, porque al final de todo ya no me sentía a gusto, porque me molestaba tener que ser yo la que tenga que estar esperaaaaaaaando a ver si él me daba un poco de su tiempo libre, a ver si se dignaba dormir conmigo, en fin, a ver si dejaba de trabajar y me daba el tiempo que esta relación y yo nos merecíamos. No termino enojada ni odiando, no, solo con pena de que no haya funcionado, de que no hayamos sido compatibles a la hora de la hora, de que nuestras taras mentales sigan impidiéndonos ser felices. Y no hay vuelta atrás porque yo no voy a ceder y PJ tampoco.
De esta historia he sacado dos cosas importantes:
Una, que en cualquier parte y de la manera más sorpresiva puedes encontrar y conocer a alguien. Que solo es cuestión de tener las antenitas alertas y hacerle caso al clic, aunque luego se apague.
Dos, que ahora ya sé lo que quiero, ya sé cuál es el tipo de relación que me interesa y, por consiguiente, sé qué es lo que no quiero, lo que no me interesa, lo que no me llama.
Eso sería, básicamente, qué pena que no haya funcionado, de verdad, pero así es la vida, los viajes son los viajes y hay que aprovechar mientras duren... Igual, el último tren nunca se me va a ir.

domingo

Olivia Biel

Domingo de turno. Nada que hacer en el norte de Machachi. Pereza. La cosa es que hueveando por la red llegué a esta página donde puedes ver, entre otras cosas, a qué celebridad te pareces. Resulta que Jessica Biel y yo podemos pasar por hermanas porque nos parecemos en un 80% jajajajaja. Menos mal que no me dijeron que soy la viva imagen de Marian Sabaté o de Sharon jajajaja. Es tan gracioso esto de no hacer nada, uno encuentra cada página para desocupados. Harán la prueba, puede tocarles alguna sorpresita.

viernes

Sueños

Creo que ya he comentado varias veces que he tenido la suerte de realizar muchos de mis sueños, a veces pasa que digo las cosas y suceden, así al claro estilo de 'El Secreto' y el resto de libros de autoayuda jajaja.
Recuerdo que cuando estaba en sexto curso y me tocaba escoger carrera, yo tenía dos opciones: la comunicación y la literatura, pero en ninguna universidad ofrecían las dos en una sola, así que yo estaba dispuesta a hacer la maratón de estudiar comunicación presencial y literatura a distancia. Y, bueno, soñaba con que alguna U abriera la carrera de mis sueños: Comunicación y Literatura y voilá, que termino el colegio y justo justo se abre esa carrera en la U en la que quería estudiar.
Y cuando empecé a trabajar como correctora y las obras de la RAE eran (y son) la biblia de la profesión, soñaba con ir algún día a la RAE, me imaginaba cómo sería si se pudiera estudiar ahí o ver cómo se trabaja. Y voilá, en el 2006 me saqué la beca para estudiar lexicografía en la RAE y pude entrar a la Academia y ver cómo trabajaban y estar seis meses ahí, casi casi en primera fila.
En el post anterior conté cómo siempre fue mi sueño conocer Atenas, pero siempre me parecía un poquito lejos como para ir y muy caro... total, voilá, casi sin planearlo mucho fui y la conocí.
Y así, han sido miles los sueños que he tenido y se han realizado: hacer mi maestría (la primera al menos) sin pagar un centavo, viajar, ser la jefa de mi departamento, vivir sola, hasta tener un novio adicto al trabajo (ciudado con lo que desees, que se puede cumplir jeje), en fin, tantas, tantas cosas que se han dado en mi vida en el momento preciso y tal como las soñé. Sé que muchas veces he hablado de esto, pero ahora que me siento un poco triste y cansada y confundida, me hacía falta recordar que siempre después de las desolaciones vienen las consolaciones y que estas son muchísimas, y mucho más grandes que los momentos tristes. Yo me suelo deprimir por huevadas y olvidarme por ratitos de que los sueños siempre se cumplen, siempre, es cuestión de soñar seguido, de luchar porque las cosas se den, de confiar en que te las mereces, en fin, eso.

domingo

A la mierda los pastores, se acabó la Navidad

Alguna vez escuché que en alguna parte, debe haber sido Europa o Estados Unidos (o algún lugar del primer mundo, donde pueden perder el tiempo en estas cosas), la gente tiene el síndrome de posvacaciones. O sea, regresas de tus vacaciones y luego te da una especie de depresión porque toca retomar la vida y dejar atrás los tiempos de relax. A mí me está pasando un poco. Y no quiero decir que tenga tiempo para andar con esas tonteras de deprimirme porque se acabaron las vacaciones, pero es un poco chocante eso de volver a la rutina y sentir que de tus supervacaciones solo quedan miles de fotos y ya...
He vuelto a mi vida, después de meses de estar planeando las vacaciones y un mes maravilloso perdida en el mundo, y las cosas, como siempre, siguen iguales. A veces me pregunto de qué sirve tener dos maestrías para esto, para esta rutina tan pendeja de corregir comas y faltas estúpidas, y para que al final quienes se lleven los laureles sean 'los periodistas', los 'que escriben', los 'que estudiaron comunicación', en fin. No sé si me merezco esto, pero es lo que hay, así que toca ponerle buena cara.
Con PJ las cosas siguen bien, a su manera, con una relación puertas adentro y los amigos que dicen que debería encontrar a alguien más, que quiera compartir más mi vida, que tenga mis mismos planes, que sea más guapo... y yo quedándome porque sé, con mi corazón más que con mi cabeza, que es un hombre maravilloso con el que quiero seguir compartiendo el viaje. Eso.
Creo que estoy un poco triste y confundida y cansada, además de pobre porque por primera vez en mi vida no tengo para pagar ni el arriendo.
Claro que también hay algunos planes que se están demorando pero que están y me ilusionan, lo bueno es que siempre hay planes y esa seguridad de que los momentos cojudos de la vida duran poco, ojalá este síndrome posvacaciones no dure mucho, me imagino que no.

lunes

Las ítacas

Bueno, ya terminó mi superviaje y aquí estoy otra vez, inmersa en mi vida. Pero no, no estoy triste, me siento cargada de energías y con nuevos planes y con nuevas cosas por hacer. Como dice el poema 'Ítaca te ha regalado un hermoso viaje, ninguna otra cosa puede darte', aquí estoy, comprendiendo, como siempre, que la vida es un viaje y que tú tienes que tomar cada uno de los regalos que ese viaje te da y llenarte los sentidos de ellas, solo eso puede darnos Ítaca.
De mi superpaseo, ¿qué les contaré aparte de lo que ya escribí? Que fue lindo volver a mi Madrid, aunque me faltaron días para estar ahí, para recorrer, para ver a mis amigos... pero si hay algo que decidí es que es una ciudad a la que siempre quiero volver y estoy segura de que será así, de que volveré cuantas veces sea necesario para el alma.
También estuve en Lisboa que resultó ser hermosa, toda una joya. El paisaje es lindo, la comida deliciosa, los postres ñami, la gente muy amable, en fin, todo precioso y también me gustaría volver.
Luego de Lisboa vino la realización del sueño. Si me preguntaban adónde quería ir antes de morir y qué sitio era el que soñaba con conocer, yo siempre respondía Atenas. Y, sí, estar en la Acrópolis era el sueño de mi vida y lo logré. Llegamos a Atenas y estuvimos en la Acrópolis, la vimos, caminamos, respiramos, en fin, fue hermoso, ahora lo que queda es descubrir un nuevo sitio soñado. Pese a la hermosura de la Acrópolis, la experiencia de Atenas fue algo extraña, es la ciudad más caótica que he conocido, solo los barrios que rodean la Acrópolis están libres del caos, una locura. Si vuelvo a Atenas, no me gustaría ir por muchos días.
Eso, luego tocó volver y aquí estoy, llena de fotos que bajar, con la maleta cerca de la puerta por si vuelvo a tener ganas de irme, con ganas de seguir con el viaje hacia Ítaca, siempre.
Lo lindo de volver fue encontrar a todos bien. Mi PJ me había dejado flores en la casa para que alegraran mi regreso, siempre había tenido ganas de recibir flores, sí, pueden pensar que es cursi, pero era algo qeu siempre quise y PJ lo hizo, realmente me alegro de tenerlo en mi vida, de que sea parte de mi Ítaca.

domingo

De viaje

Eso, la cosa es que después de miles miles de años estoy de vacaciones. Siiiiiiiiiii, al fin en Europa, otra vez, conociendo muchas cosas nuevas y reconociendo otras. Me reencontré con mi hermana después de casi un año y fue un gran regalo, casi casi como que nunca nos hubiéramos separado, además, claro, cumplimos la promesa de conocer París en el 2008. Increíble, una ciudad tan bonita como pretexto para los reencuentros. La pasamos a lo bestia, es chévere ver cómo la gente que quieres cambia y siempre para bien.
También estuve en Berlín, lo lindo de estar ahí fue toda la sorpresa que representó, es una ciudad hermosa, lindísima, llena de cosas lindas a cada paso, me encantó. También conocí Postdam, la ciudad donde quiero vivir cuando sea viejita... con PJ, ¿será?
Y eso, ahora estoy en Barcelona, ya había venido antes y me gustó. Mi hermana me presentó a SU Barcelona, donde ha vivido este año y es chévere eso de conocer o reconocer las ciudades a través de los ojos de otros, que las sienten ya suyas.
Mañana voy a MI Madrid, creo que es una de las cosas que más me emociona de este viaje, eso de volver a la ciudad donde estuve un tiempito y la pasé tan bien, donde dejé tantos amigos, tantos pasos, tantas historias, en fin, tengo muchas ganas de volver a Madrid, al menos porque siempre pensé que pasarían más de dos años antes de volver.
En fin, y el viaje sigue y sigue, es divertido esto de estar en varios sitios, de conocer nuevas formas de vida, de llenarte los ojos y los sentidos con tantas y tantas cosas. Que viva el viaje.

martes

Cambiando la rutina

Bueno, sigo con los cambios. Desde hace un par de semanas cambié mi rutina diaria. Ahora madrugo todos los días para ir al cycling, ¡estoy haciendo ejercicio! Y, claro, luego del cycling tengo toda una mañana para hacer mil cosas. Realmente me siento contenta, porque estoy ejercitándome y porque estoy aprovechando mejor mi día. Y también estoy contenta porque en dos semanas me voy de viaje, al fin vacaciones. Es gracioso cómo a veces cambian las cosas, de hecho, hoy, mientras venía del cycling pensaba en todas las cosas que han cambiado en mi vida este año y son taaaaaaaaaantas, los treinta han llegado llenos de cosas, con millones de regalos, mi casita nueva, PJ, mi máster, en fin, y ahora al fin París y Atenas y Berlín y Lisboa y otra vez Madrid... y quién sabe cuántas sorpresas más. Si así llueve, ¡que no escampe! ¡Me quiero empapar!

Los procesos

Cuando llevaba un mes o alguito más saliendo con PJ se nos acercó una niña en la calle a vendernos rosas y él le dijo: "No gracias, ya pasamos esa parte del proceso". Si ha habido una palabra que que me ha rondado durante estos siete meses (siiiiiii ya son siete, es increíble cómo pasa el tiempo) es precisamente el proceso. Y es una palabra que siempre se nos cruza cuando discutimos.
Pero ¿qué es el proceso? Ni yo misma lo sé exactamente, pero creo que es eso de que las relaciones cambian y las cosas que en un inicio podáin ser dulces o románticas luego no lo son y hay nuevas cosas y nuevos códigos que se convierten en la expresión de lo que uno siente por el otro.
No voy a negar que a veces me cuesta entender este proceso, que al principio las cosas sean tan perfectas, tan románticas, tan nuevas y luego, de pronto, ya no lo son tanto. Claro que aparte del proceso de pareja hay el proceso interno, ese en el que te cuestionas tantas cosas de tu vida y de tu manera de ver las relaciones y de entender a la pareja. Obviamente los procesos de PJ y mío han sido muy diferentes, empezando porque tiene 11 años más de recorrido que yo y si en cinco años pasan mil cosas, en 11 pasan 11 mil y hemos tenido experiencias diferentes que nos han marcado.
Pero al final llegamos a juntarnos en alguna parte de nuestro proceso vital y voilá, hay un nuevo proceso de algo que empieza y luego solo se desarrolla, nunca sabemos hasta dónde llegan las cosas, qué pasará luego, pero hay que ir viviendo el proceso y siendo conscientes de que el mismo hecho de compartir un pedazo del camino con alguien ya va cambiando tu vida.
En fin, estas son solo reflexiones, no esperen que sea coherente.

sábado

¡Cambia!

Me acuerdo del colegio, cuando mis amigas me escribían notas o me daban tarjetas y una de las típicas frasecitas, aparte, obviamente del TQM o el TQLB, era 'Nunca cambies'. Chuta, y yo también la escribí taaaaaaaaaaaaantas veces.
Resulta que últimamente mucha gente me ha dicho que tengo que cambiar, cambiar de look, cambiar de ideas, cambiar de sentimientos, cambiar de visiones, uf, cambiar y cambiar. Lo curioso es que casi toda esta gente es MI gente, la que está ahí en todo momento y ha sido testigo de toooooooooooooooooodos los cambios que ha experimentado mi vida. Porque, admitámoslo, nunca le hice caso a la frase de las tarjetas y he cambiado, claro que he cambiado. He cambiado de look, gracias a Dios, a Javier (mi peluquero) y a mi hermanita, ahh y a Vogue jajajajaja. He cambiado de manera de pensar, de ideas, o sea, yo hace 10 años ni cagando me hubiera ido a vivir sola o, hace menos, cinco años como mucho, una de mis metas era tener una familia. He cambiado, he cambiado de casa en los últimos cuatro años como nunca jamás me cambié antes, he cambiado de trabajo, he cambiado hasta el orden de mis muebles, en fin, he cambiado y sigo cambiando y seguiré cambiando porque eso es la vida, es seguir cambiando hasta encontrarte, e incluso cuando te encuentras sigues cambiando. Yo me he encontrado varias veces, me he reconocido siempre pese a los cambios, pero sé que, felizmente, no soy igual de lo que era ayer porque cada uno de los pasos que doy me va cambiando, y para bien.
Por eso no entiendo por qué MI gente quiere que cambie, como si no se diera cuenta de todos los cambios que se han dado adentro y afuera, me imagino que esta ceguera puede ser por tanta cotidianidad que hace que los cambios en el otro sean imperceptibles. O sea, uno se da cuenta de cuánto cambian los otros solo cuando no los ves en mucho tiempo y tu experiencia de ellos es, hasta cierto punto, virgen.
Eso, ¿qué puedo decir? Que sí, que seguiré cambiando, que siempre seguiré cambiando y no porque otros me lo sugieran sino porque esa es la dinámica de la vida, obviamente mantener la esencia, pero seguir cambiando hasta perfeccionarse, y, por suerte, uno nunca se perfecciona del todo jeje. LQLB Por favor, cambien.

El tiempo, el tiempo

Siempre que llevo un diario (y en este caso el blog de Olivia, que se parece tanto a uno), me gusta revisar y ver cómo estaba hace un año, hace dos, en qué pensaba y qué hacía. Hoy, por casualidad, me puse a revisar mis posts del 2007 y hace exactamente un año escribí esto y es chistoso todas las cosas que han pasado y cómo ahora todo es superdistinto de cómo fue el año pasado y es lindo que todo sea distinto.
Yo no pensé que ya va a ser un año de esa historia triste de Oasis, es increíble cómo ha pasado el tiempo, a tanta gente que he conocido desde entonces, tantas locuras que pasaron y lo bien que me siento ahora, con el corazoncito curado y con muchas ganas de nuevas cosas y con muchos nuevos retos.
Eso, es bueno volver atrás y ver que todo va pasando por algo y que vamos creciendo y aprendiendo, que no podemos quedarnos en el pasado porque el futuro es mucho mucho más alucinante. ¡Que viva el tiempo! ¡Salud!

S. y la obligación de no quejarse

Conocí a S. el año pasado. Bueno, decir que la conocí es un poco inexacto porque nunca he visto su cara ni he escuchado su voz. Solo sé que existe porque la tengo en el messenger y porque todos los días, gracias, desde octubre aprendo algo nuevo sobre el oficio del editor y sobre la obligación de no quejarse.
Resulta que S. tuvo hace mucho tiempo un accidente grave que le trajo terribles consecuencias, al punto que ni los médicos logran entender cuál es el milagro que la mantiene viva. Su vida transcurre entre el hospital y la casa y siempre tiene que estar conectada a máquinas que le dan lo que su cuerpo no puede producir.
Sin embargo, pese a todos los inconvenientes que le trae su enfermedad, ella es una de las personas más activas que conozco. Es esta actividad la que la mantiene viva. Ella no se deja morir en una cama y busca cada vez cosas que hacer y maneras de ayudar a otros y de ayudarse. Ella dice que todo es una terapia, y seguro lo es, pero yo creo que la cosa va más allá: es una cuestión de sacarle el jugo a la vida y de aprender a vivir cada uno de los instantes que tienes como si realmente fuera el último.
Yo tiendo a quejarme frecuentemente y por todo, por ejemplo, llevo trabajando casi sin para como tres semanas y siento que no puedo con mi vida, pero de pronto me acuerdo de S. y caigo en la cuenta de lo pequeños que son mis problemas y de lo poco que hago para minimizarlos. A veces pasa que no nos damos cuenta de lo afortunados que somos, de lo completos y lo sanos y lo llenos de vida que estamos, de los millones de cosas que hay a nuestro alrededor.
Qué pena que siempre tenga que haber personas como S. para hacernos caer en cuenta de nuestra estupidez en lugar de ser capaces de agradecer nada más al abrir los ojos.

miércoles

Ay, la buena estrella

Al final nuevamente me salvó mi buena estrella, mi angelito de la guarda que hace horas extras, Diosito que nunca me abandona, en fin.
Cuando pasan estas cosas siempre me pregunto si no estaré desperdiciando mi vida, o sea, es como que recibo y recibo regalos y nunca sé si estoy a la altura de tanta generosidad y de tanto cariño y de tanta suerte. Yo creo que esto va más allá de la suerte y que tarde o temprano me tocará rendir cuentas de lo que he hecho con tanto bono extra que recibo.
Bueno, solo agradeceré y trataré. como siempre trato, de estar a la altura de las circunstancias y de hacer bien todo lo que hago, supongo que esa es una manera de pagar y de retribuir. Eso...

lunes

Procedimientos

Hoy me acabo de meter en un lío en el trabajo por no seguir los procedimientos correctos mmm. Yo siempre he pensado que a veces los medios no son tan importantes para llegar a los fines, siempre y cuando, eso sí, los medios no hagan mal a terceros. El problema es que siempre termina habiendo terceros que tienen que sufrir las consecuencias de tu uso de los medios.
Bueno, espero que este asunto no vaya a mayores, pero acabo de sacar una lección importante en todo caso: no debo confiar tanto en mi buena estrella, hay cosas que sí necesitan de reglas y de pasos para poder realizarse. Ay, ojalá las cosas no pasen a mayores.

Quito


Hoy, para volver con buena cara, es día de doble post.

No sé si alguna vez lo dije pero cada vez que conozco una nueva ciudad me convenzo de que es Quito la ciudad donde quiero vivir y terminar mis días. Es más, me veo viviendo en un departamento de La Mariscal, rodeada de la ciudad y del movimiento. Adoro mi barrio, he vivido toda mi vida en él (solo me fui un poquito más al norte un año y estuve medio año en Madrid, pero volví), todo queda cerca, tiene muy buena comunicación con el resto de la ciudad, puedes comer lo que quieras, puedes ir a donde quieras, puedes comprar lo que quieras, te queda cerca de los sitios de diversión, de la famosa 'zona', de los sitios de reunión, en fin, de todo, hasta queda cerca de la U. En fin, La Mariscal es mi barrio y Quito es mi ciudad.


Pero de un tiempo acá Quito se ha convertido en una mierda. Y lo digo con toda la pena y con toda la bronca y con todo el desaliento de ver morirse a tu ciudad. Yo amo a Quito, mi sitio está aquí, pero de pronto es una mierda caminar en paz, todo está muy violento, antes oías de robos y de asaltos porque le había pasado al primo borracho del hermano de tu novio. Ahora te asaltan a ti y te escapas de que te asalten mil veces más. Es horrible, porque esta ciudad maravillosa ahora se ha vuelto tan arisca, ya no puedes salir en paz después de las seis, tienes que estar mirando a todas partes para ver si no te siguen, tienes que estar desconfiando y cuidándote.

Y, lo que es peor, todo es mucho más violento que antes. Para quitarte el celular te pegan y puedes morir si te resistes, es horrible.


Pero amo a Quito, y aunque a veces me planteo seriamente la opción de huir e irme lejos, adonde la vida sea más segura, me sigo quedando y me quedaré... Ojalá algún día las cosas mejoren y se pueda volver a caminar en paz, sin miedos, mirando toda la maravilla que te rodea.

viernes

La relación que no lo es

Hace algún tiempo, dejé irse a un oasis. ¿Lo recuerdan? No, no me estoy arrepintiendo para nada. Pero de vez en cuando me viene a la mente esa historia porque recuerdo qué fue lo que hizo que quisiera alejarme: yo quería que las cosas tuvieran nombre y por esa manía cerré las puertas y todo se acabó. Bueno, bueno, no todo fue por mi manía, también fue porque tenía que acabarse y porque yo ya había esperado demasiado, en fin.

Resulta que lo que tengo con PJ tampoco tiene un nombre y supongo que nunca lo tendrá. Y el tiempo va pasando y nos vamos quedando y al final todo es tan genial que no importa si tiene o no un nombre. Es extraño, porque en otros tiempos yo hubiera sido la primera en preguntar qué somos y en empeñarme en nombrar las cosas y decir hasta aquí si esto no tiene nombre. Pero ahora todo está bien.

A veces, cuando me encuentro con aquel oasis en el messenger pienso que quizá las cosas hubieran sido más felices si supiera lo que sé ahora, pero no me arrepiento de cómo fueron, igual tenía que pagar un precio para aprender la lección. Solo espero que él esté bien y encuentre a alguien como yo lo encontré.

Hay días en que pienso en esta historia con PJ, que no tiene un camino trazado, que no se llama nada, y pienso en parar y seguir mi camino. Pero hay otros días, la mayoría, en que pienso en él y lo miro dormir a mi lado, hacer el café, traer las golosinas que me gustan, hasta estar por todo lado con esa manía de poner todo en orden y decir la última palabra, y agradezco de todo corazón por el ascensor que hizo que nos juntáramos y por las mil razones que hacen que todos los días podamos compartir un pedacito de vida. Y si se acaba mañana, Diosito no quiera, estoy segura de que aproveché cada uno de los instantes.

Eso, qué bueno que una pueda de vez en cuando aprender lecciones.

lunes

Los caminos largos

No sé si alguna vez mencioné aquí que siempre me sucede que todo lo que quiero sale, que he logrado en la vida todas las cosas que me he propuesto. Sin duda me siento orgullosa, muy feliz por eso, solo que a veces quisiera que los caminos para llegar a las metas no fueran tan largos.
Yo sé que las cosas que se hacen con esfuerzo se aprecian más, que lo que no te sale ragalado es lo que más valoras, lo que más cuidas y de lo que más te enorgulleces. Sé también que todo demora pero llega y llega en el momento preciso, cuando tú estás mejor preparada para recibir el regalo y apreciarlo. Pero tantas veces siento que hay muchos atajos para lograr las cosas y que yo siempre me encuentro solo con las bocacalles de los caminos largos.
Hay ese típico dicho que ponen en los guardachoques de los buses y de los camiones que dice 'trabaja y no envidies', pero a ratos, como buena humana que soy, sí me pasa que envidio a la gente que logra las cosas de manera relativamente fácil, a la que no le hace falta hacer mucho esfuerzo para alcanzar cosas por las que yo he luchado y he trabajado durante mucho tiempo y a conciencia.
Porque no es que me haya dedicado a envidiar y no a trabajar. He trabajado, trabajo, duro, me esfuerzo muchísimo por crecer, por capacitarme, pero a veces siento que la recompensa no está de acuerdo con el esfuerzo que hago. Sé que hay que trabajar sin esperar que te admiren por eso sino por una satisfacción interna que te hace cada vez llegar más lejos. Yo llego siempre cada vez más lejos, cada vez las metas son más altas, pero quisiera de verdad alguna vez en la vida encontrar un atajo que me lleve rápido a ciertos triunfos que sé que me merezco.
En fin, luego de soltar la moreliada, pues me pongo a trabajar nuevamente, el camino es largo, como siempre.

miércoles

Un año con Olivia

Sucede que todo empezó hace un año, el 9 de abril de 2007 y hasta hoy han pasado muchas cosas y el este blog ha sido un chévere compañero de viaje. Siempre es bueno escribir, plasmar lo que vas sintiendo, las cosas que te pasan, en fin. Este año ha sido muy divertido, lleno de descubrimientos y de cosas gratas más que ingratas. Ha sido también la oportunidad para conocer a mucha gente que. con sus blogs y comentarios, ha hecho aún más grato el camino. Eso, gracias a todos los que se han acercado, a los que me han leído, a los que han comentado y ojalá podamos hacer juntos muchos más tramos del viaje. Salud.

viernes

Paranoia

A veces, bueno, casi siempre me decanto por juzgar las situaciones con el metro de las experiencias pasadas. Por ejemplo, desde que me asaltaron, hace ya varios meses, me resulta muy difícil caminar por mi barrio pasadas las seis y media o siete. Siempre camino mirando a todas partes, atenta a cualquier persona que se me medio acerque y cambiándome de acera cada vez que miro a alguien sospechoso. Bueno, claro que por andar así he evitado que me asalten un par de veces más, lo que aumenta la paranoia. Es feo estar así porque ya no te sientes segura en ninguna parte.
El martes, por ejemplo, estaba caminando como a las diez de la mañana por una zona supertransitada y sentí que alguien caminaba muy cerca de mí. Yo empecé a ponerme a la defensiva y a buscar el gas en mi cartera, cuando este señor me dice 'señora', la cosa es que me asusté y casi salgo corriendo. Y solo era un cubano que necesitaba llegar a las oficinas de inmigración. O sea... la situación es patética.
En cuestión de relaciones me pasa algo parecido: tiendo a medir con la misma vara a todos los hombres que pasan por mi vida, me come la paranoia y malinterpreto cualquier descuido. En fin, también es como lo de los ladrones porque pienso que en cada cosa hay una trampa, cuando no es así, gracias a Dios.
Bueno, eso no más.

domingo

Trabajo...

Todas las semanas me llega un poema de Enfocarte, y casi siempre son muy buenos, este de aquí me gustó mucho. Hace tiempo que estaba pensando en este asunto, en cómo todo lo que hacemos, todo lo que tenemos, hasta lo más mínimo, es producto del trabajo de muchas manos, de muchas personas anónimas que hacen que tu vida sea 'confortable'. Casi nunca nos ponemos a pensar en esa enorme cadena de esfuerzos que se origina para que podamos comer, vestirnos, movilizarnos, en fin, 'vivir'.
Últimamente la situación en el país está muy difícil, sobre todo por lo de las inundaciones, y han salido a la luz muchos de esos rostros ocultos: los pequeños productores de leche, los de arroz, los de carne, los de granos, mucha gente que vive de sus sembríos y que se ha quedado sin nada porque sí, porque el clima es inclemente y porque nunca se toman las medidas necesarias con anterioridad para paliar en algo el embate de la naturaleza y todo lo que eso representa. Es muy triste ver a la gente que se queda sin nada, sin su casa, sin su tierra, sin su estabilidad, incluso sin miembros de su familia, y ver que por más que la solidaridad se manifieste en cada momento no es suficiente, porque al final nada puede devolverles lo que perdieron, lo que habían trabajado con tanto esfuerzo. Eso...

Trabajo

Cintio Vitier

Esto hicieron otros
mejores que tú
durante siglos.
De ellos dependía
tu sensación de libertad
tu camisa limpia
y el ocio de tus lecturas
y escrituras.
De ellos depende
todo
lo que te parecía natural
como ir al cine
o estar triste, levemente.
Lo natural, sin embargo, es el fango,
el sudor, el excremento.
A partir de ahí, comienza
la epopeya, que no es sólo
un asunto de héroes deslumbrantes,
sino también
de oscuros héroes, suelo de tus pisadas,
página donde se escriben las palabras.
Deja las palabras, prueba
un poco lo que ellos hicieron, hacen,
seguirán haciendo
para que seas:
ellos,
los sumidos en la necesidad
y la gravitación,
los molidos por los soles implacables
para que tu pan siempre esté fresco,
los atados
al poste férreo de la monotonía
para que puedas barajar todos los temas,
los mutilados
por un mecánico gesto infinitamente repetido
para que puedas hacer
lo que te plazca con tu alma y con tu cuerpo.
Redúcete como ellos.
Paladea el horno,
come fatiga.
Entra un poco, siquiera sea clandestinamente,
en el terrible reino de los sustentadores
de la vida.

sábado

El hombre de mis sueños

Hoy PJ me dijo algo así como que soy la mujer de sus sueños y que no piensa dejarme ir, lindo, ¿será cierto? ¿Existe de verdad la persona de tus sueños? La cosa es que desde que tienes conciencia de que en alguna parte existe una media naranja, un alma gemela, la papita de tu locro o lo que sea, te dedicas a soñar en ella y a ponerle cuantos aditamentos permita tu imaginación: alto, guapo, inteligente, deportista, con su profesión, rico, independiente, que haya viajado, cariñoso, detallista, etc., etc., etc. En fin, son muchos los adjetivos que una le pone al hombre de sus sueños, quizá porque solo es eso, un sueño, y una lo alimenta como alimenta la barriga para pasar el hambre. La cosa es que al final, cuando el globito en el que se ha convertido el hombre de tus sueños está tan inflado te das cuenta de que no existe, al menos tal como lo soñaste, y se te pierde por los cielos.

Ojo que no digo esto como una queja, no. Lo que pasa es que una se crea una imagen tan etérea que es imposible simplemente porque la perfección no existe. Además, no te lleva mucho tiempo darte de narices contra el pavimento y ver que no hay un hombre así, que reúna las ochenta mil características que le has puesto en años de soñar despierta.

Además, a medida que creces te vas dando cuenta de que eso del hombre de tus sueños, aparte de ser un engaño, es bastante peligroso porque te impide ver toda la gama que tienes a tu alrededor. Me he encontrado en la vida con patanes, sí, la bola, pero también hay hombres buenos que pululan por ahí, pero que no son perfectos (y gracias a Dios) y a los que no paramos mucha zona porque tenemos la imagen hecha.

Bueno, y aparte está lo de que cuando creces te vuelves más exigente, o sea esperas alguien que al menos sea como tú y se vuelve a lo mismo: guapo, inteligente, independiente, etc. Y también van cambiando tus prioridades, por ejemplo, sabes que es difícil encontrar en Ecuador un hombre alto, pero pides que al menos se vea bien contigo; o hay las condiciones sobre las que no das el brazo a torcer (en mi caso, por ejemplo, no me gustaría que viva con sus padres), aunque sabes que no debes escupir al cielo.

Ya me hice muchas bolas, pero la cosa es que no creo mucho en que encuentre al hombre de mis sueños. Hay hombres, sí, con los que he querido quedarme, que no son perfectos mas se acercan a lo que yo simplemente soñé (parafraseando a Pablo Milanés), pero es quizá esa imperfección lo que los hace adorables. PJ, por ejemplo, es adorable, aunque en muchos parámetros no esté ni cerca de la imagen que me construí durante toda la vida. Por el momento siento que quiero quedarme, que es lindo tener su compañía durante el viaje, y eso, solo eso, el simple hecho de su compañía y de su presencia, es lo que estoy disfrutando y celebrando, dure lo que dure.

lunes

¿Qué será de las palabras?

Ya había hablado aquí de mi falta de palabras, de la poca inspiración que ahora tengo, de la pereza que me da hasta escribir un mail, de que siento que hay mucho que decir pero no puedo decirlo. En fin, tampoco hoy tengo nada que decir, solo que extraño el tiempo en que cualquier historia era pretexto para un cuento, para otra historia, para una nueva mirada; en que cada sentimiento o cada imagen motivaba una cascada y algunas cosas que hasta me parecieron genialidades.
Sé que es una etapa más, que a veces cuando una está bien no tiene mucho que decir, cuando debería ser al revés, porque ahora siento que hay mil imágenes y mil historias que quiero gritar y las palabras no colaboran. Quizá sea cuestión de práctica o de darme tiempo o de interiorizar, qué sé yo, pero de que hacen falta hacen falta.
Eso, ojalá el dios de las palabras se apiade de mí y me ayude con lo que me falta: palabras, que yo pongo las historias.

jueves

Soles y bemoles

La vida es muy extraña, de verdad. Empecemos por las malas noticias: no me saqué la beca que estaba esperando con todas mis ansias. Y lo que más iras me da es que no fue por incompetente sino porque no tengo palancas.
Este semestre no tengo materias en la U, lo que es una pena no solo para mi bolsillo sino porque las clases me llenan y le dan mucho sentido al resto de cosas que hago.
Buenas noticias: tuve una notaza en la maestría.
Además, mi sobri me cantó por teléfono la canción del moco (tengo un moco, lo saco poco a poco, lo redondeo, lo miro con deseo y me lo como y como sabe a poco emepiezo una vez más), que es asquerosa es tan gracioso oírla en su voz.
Y después de las malas noticias de las clases y sobre todo la de la beca, llegó PJ a reconciliarme con el mundo.
En fin, la cosa es que siempre por cada cosa triste suceden dos buenas, lo malo es que a veces dejamos que las malas opaquen a los detallitos que hacen que la vida tenga sentido. Eso, de verdad que lo de la beca es muy triste, un golpe muy bajo, pero al menos tengo algunos planes b en los que me tocará trabajar.

martes

¿Disponibles?

La verdad, cuando empiezo una relación o un romance, siempre me pasa lo mismo: siento que estoy demasiado disponible para el otro, mientras que el otro no lo está. Ayer conversaba con una amiga, bastante mayor que yo, ya divorciada y con nietos, que me comentaba más o menos lo mismo: que su nuevo romance siempre estaba ocupado y que ella siempre estaba disponible cuando él quería verlo, y realmente se sentía cabreada por la situación. A mí también me molesta a veces, más que el hecho de que el otro siempre esté ocupado, el hecho de que yo siempre esté disponible.

A ver, resulta que ahora tengo ochenta mil cosas que hacer en la vida: tengo mi trabajo, las clases (bueno ahora estamos de vacaciones), la maestría que me tiene a full, mil libros pendientes de leer, una casa que arreglar, mails por responder, aportes a diversos foros y a varias actividades en las que estoy metida, en fin... infinidad de cosas, pero pese a todo siempre estoy disponible, siempre que me quieren ver ahí estoy. ¿Será que realmente soy tan ordenada como para responder tan eficientemente a todo? Porque desocupada no soy y descuidada de mis actividades, tampoco.

El romance con PJ es lindo, de verdad me la estoy pasando bien, pero algo que no logro entender es por qué el señor es tan ocupado y tiene tan poco tiempo para verme, tiempo que, por cierto, tenía de sobra cuando aún no pasaba nada entre nosotros. La respuesta a la pregunta fue que antes de mí también tenía una vida. Sonamos. Yo también la tenía y la tengo y no dejo de tenerla porque él haya llegado y no dejaré de tenerla porque él se vaya, pero yo siempre tengo tiempo para él y el no tiene tiempo para mí. Ay, en fin. Yo sé que varios de ustedes estarán pensando que de verdad debo ser menos disponible, o sea, hasta inventarme actividades para que no piense que estoy siempre ahí, si tal vez deba hacerlo, pero eso implicaría dejar de vivir un momento esto tan bacán que estoy viviendo. No sé, de pronto me estoy haciendo líos por las puras, pero me he desahogado.

jueves

Olivia, la 'Lagrimitas'

Siempre me sucede: cada vez que quiero iniciar una conversación seria que implique abrir el corazón, me salen las lágrimas y termino perdiendo las batallas, cuando hay batallas que perder, o mostrando mi vulnerabilidad.

En fin, resulta que anoche tuve un sueño extraño con PJ, en el que llegaba a su casa y él no había dormido ahí y tenía muchas cosas de otra, en fin, el típico sueño abusurdo, donde el subconsciente se manifiesta estúpidamente (cuándo no). Bueno, hoy, cuando vino a desayunar, le conté mi sueño y comenzamos a hablar de todas esas manifestaciones subsconscientes y empezó a hacer preguntas como ¿quién te rompió el corazón para que no creas en nadie? o ¿siempre dejas que los celos se manifiesten así?, en fin, varias cosas y sucedió: me empezaron a salir las lágrimas como estúpida. Qué vergüenza, yo llorando en su hombro cuando solo se trataba de una conversación. Odio que suceda eso, sobre todo ahora que estoy en campaña de ser una mujer madura. o sea. Claro que todo terminó en muchos abrazos y en un: "Olivia, no te pongas así, somos muchos los que te queremos, tienen una familia maravillosa y unos amigos chéveres y a mí". Otro motivo para volver a llorar.

La cosa es que ya no puedo evitarlo, no puedo dejar de llorar y eso es algo que me molesta mucho, sobre todo porque necesito abrir el corazón y no puedo. En fin, claro que por otro lado debo aprender a aceptar que soy una lagrimitas y punto, ojalá PJ también lo entienda, de verdad.

lunes

Las nuevas aventuras de la vieja Olivia

Bueno, a lo de vieja me refiero por la edadcita... porque como bien sabemos apareció una nueva Olivia treintañera. En fin, justificado el título. Aunque la verdad siempre quise parafrasear a The new adventures of old Christine.

Bueno, ¿qué diré de todo este tiempo de silencio? Hay gente que piensa que estoy tan feliz que por eso no escribo. Sí y no. Empecemos por el no: estoy en una grave crisis de inspiración, trato de empezar a escribir cosas, lo que sea, y me quedo ahí, sin saber qué poner. Parece que las palabras se estuvieran escondiendo, suele suceder... pero es grave cuando las palabras son tu sustento y tu pasión. Supongo que la crisis pasará, como todo en la vida.

Ahora el sí. Bueno, ya no sigo 'flipando en colores', pero sigo contenta con la vida. Hay un nuevo romance, sobre el que no voy a abundar en detalles, que me está haciendo bien. No es un novio, no es un vacile, no es el príncipe soñado, tampoco superman, pero va bien. Quizá este tiempo de romance me ha hecho entender muchas cosas, a tomarme con calma los asuntos del corazón y a aprender a ir despacio (primera prueba de que no estoy enamorada, mejor), y sobre todo aprender que para cualquier cosa estoy primero yo. Eso, estoy contenta con todo esto. Es lindo tener noticias de alguien todos los días (aunque preferiría verlo más seguido), recibir de vez en cuando una sorpresa, ir más allá que el sexo... en fin. También me alegra saber que si esto se acaba hoy igual estoy contenta porque le he dado a mi vida justamente lo que necesitaba. No sigo, las energías suelen dispersarse.

Con el trabajo, como siempre bien. Aunque a veces, como en todo, surge esa extraña sensación de si valdrá la pena todo esto. Es decir, adoro lo que hago, pero cuando me toca ponerme a pelear por una coma o una mayúscula, pienso si no estaré desperdiciando mis energías o mi talento por cosas demasiado simples. En la U me pasa lo mismo, recién terminé un nuevo semestre y fue interesante. Pero también terminé con esa sensación de si habrá valido la pena el semestre, si habré dejado algo en mis alumnos, mucho más allá de la capacidad de diferenciar una tilde diacrítica o estructurar un párrafo. Me pregunto si algo de lo que hice en las clases contribuyó a sus vidas de verdad.

Eso, estos días he estado muy ansiosa, como todo el tiempo como si fuera mi última vez. De seguro es el estrés por las clases, por el periódico, la maestría, las cosas que no puedo manejar, el tiempo que se me escapa sin que pueda hacer mucho por aprovecharlo de la mejor manera. Eso.

Bueno, no hay más que decir, al final las nuevas aventuras de Olivia no son tan nuevas...

martes

Premio

Lilit me dejó un premio ayer. Averiguando averiguando, llegué a saber que estos premios, Arte y pico, surgieron como premios a blogs de artesanas, interesante, ¿no?, pero ya se han difundido tanto que ahora se otorgan a cualquiera (jajajaja, en buena onda lo de cualquiera, por supuesto). Bueno, la idea es premiar a 5 blogs que te parezcan muy buenos por contenidos y aspecto.

Aquí las reglas:

1. Debes elegir a 5 blogs que consideres sean merecedores de este premio por su creatividad, diseño, material interesante y aporte a la comunidad bloguera, sin importar su idioma.

2. Cada premio otorgado debe tener el nombre de su autor/autora y el enlace a su blog para que todos lo visiten.

3. Cada premiado, debe exhibir el premio y colocar el nombre y enlace al blog de la persona que lo ha premiado.

4. Premiado y premiador deben exhibir el enlace de Arte y pico, para que todos sepan el origen de este premio.

5. Exhibir estas reglas

A ver, aquí mis premiados:

Palabrazos: Me gusta mucho el blog de Ícaro y gracias a él siempre la siento muy cercana aunque esté un poquito lejos.

Apenas penas: No sé cómo llegué al blog de Carlos, pero es un gran poeta y no dejo nunca de leerlo.

El umor de mi vida: Tampoco sé cómo llegué al blog de Ambi. Tiene historias muy buenas, es muy fluida y creativa.

Crónicas de un Sith: No conozco a Darth Croxus y no sé quién se cruzó en el camino de quién, pero igual lo estoy leyendo bastante seguido.

De las palabras a los hechos: Este es un blog que me gusta mucho, lástima que esté tan calladito.

Y eso, no más. Asomaranse y gracias Lilit, no sé si hay cómo devolver los premios, pero igual eres de mis blogs favoritos, y lo de las vidas paralelas es taaaaaaaaaaaaaaaan cierto.

jueves

Shhhhhhhhhhhhhh

Ya van algunas veces que trato de empezar a escribir algo y no termino. No me sale nada, no se me ocurren cosas interesantes. Nada, es como si entrara despacito al blog y hasta me gustara verlo dormir. No sé. Pero este silencio no es un silencio malo, eso sí, es un silencio en el que están pasando cosas, digamos que estoy hasta flipando en colores (léase refeliz), pero prefiero que se quede calladito mientras las cosas van sucediendo y yo voy disfrutando, también por eso de que las energías se dispersan. En fin, que no cunda el pánico que Olivia hoy no está solo mirando la ventana desde el tren. Se ha bajado y ha decidido caminar para mirar la vida de otra manera, como quien sigue el viaje pero mirando vitrinas, sonriendo a la gente, sintiendo el vientecito y dejándose mojar por la lluviecita que no deja de caer en Quito.
Eso, quizá nos topemos en alguna parte y nos tomemos un cafecito (perdón por los excesitos de diminutivos)

martes

Que no te suceda esto

Noticias: la buena, que al fin tengo cámara. La mala: que mis botas negras acaban de fenecer, bueno empezaron a morir esta tarde, cuando el cierre de la una colapsó, me tocó estar todo el día así.


Patético, ¿no? Una pérdida total y absoluta de glamour. Sé que dirán que es solo cuestión de cambiar el cierre. No, es otra señal de que las etapas terminan, tendré que decirle a mi mami que me compre unas botas, pero esta vez con cierres decentes y de señorita.

sábado

Los treinta

Eso, pues llegaron los treinta, y gracias a Dios llegaron bien, llenos de sorpresas y de buenas energías. Ayer fue un día superpleno, creo que uno de los mejores cumples que he tenido en la vida, un augurio, espero, de que esta década va a ser a lo bestia, feliz y maravillosa. Durante el día no dejé de recibir llamadas, mensajes, tarjetas, sorpresas, regalos y muchos abrazos, la fiesta de la noche salió superbien, en fin, todo fue perfecto. Ayer me sentí como una hija mimada de Dios, espero estar a la altura de tanto cariño, de verdad.

Bueno, y con el 11 de enero, con los 30, llega el momento de la evaluación anual. ¿Qué puedo decir de este año? Pues puedo decir que ha sido un año que empezó en un cinco y terminó en un diez, desde enero de 2007 a acá, todo ha sido un descubrimiento, tanto de la vida, de las cosas, como de mí misma. Este año he aprendido a conocerme mucho, a entederme mucho, a poner nombre a muchas cosas, a tener paciencia, a quererme más, a exigirme más también, a dar más de mí en todos los aspectos. Y la cosecha siempre ha sido asombrosa. Ha habido momentos turbios, han pasado cosas tristes, empezando por la muerte de mi abuela y varias otras cosas. He llorado, me he enamorado luego de mucho tiempo, me he acercado mucho a varios de mis amigos, han aparecido pocos amigos nuevos, pero hay gente muy buena que está aquí.

Ha sido un año lleno de cambios, de comienzos, y, claro, de finales, pero ha sido de verdad un año muy muy bueno y estoy muy agradecida por eso, agradecida con Dios, con la vida, con mi familia, con mis amigos, con todo.

En el trabajo, las cosas han marchado muy bien, siento que este año he aprendido a encontrar el sentido de todo lo que hago, sin duda la experiencia de dar clases ha aportado mucho al encuentro de ese sentido, a saber que no hago las cosas solo por mí sino por las generaciones que vienen, por los 'hijos' que dependen de lo que ahora les vayamos dejando. Empezar mi maestría también ha sido un gran regalo, por la gente que he conocido, por las cosas que he aprendido, ha sido también un gran ejercicio de disciplina y de constancia. En el aspecto de la profesión, 2007 fue un 11, de verdad , y se vienen muchos planes y muchas cosas nuevas.

En amores... Pues lo destacado fue el hecho de descubrir que el corazoncito late y que no soy una autómata que vive sin vivir y sin ser capaz de amar. Si las cosas no funcionaron con Oasis, pues no funcionaron y de seguro vendrá algún día el adecuado y seré muy feliz. Lo mejor de la experiencia fue saber que el amor está ahí (Love is in the air lalalalalala) y que solo es cuestión de perder el miedo y abrirle las puertas cuantas veces sea necesario. Espero de verdad que Oasis sea muy feliz, que la vida le llene de cosas buenas y que algún día también sea capaz de darse la oportunidad de amar y de amarse. Eso. En amores, este año sería un 8, no ha llegado al 10 porque sigo sola y esperando (aunque no sentadota pero sí mientras viajo), pero solo el hecho de saber que puedo querer son pulgares para arriba.

Vida social... pues muchas farras y muchos excesos, despedí la década como se debe y no me arrepiento, les saqué el sucio a los veintes y todo muy bacán. Algo de lo que estoy muy agradecida este año es de mis amigos, de esa familia ampliada que es un regalo, de Lilit, de Ícaro, de la Maga, de mis amigas del cole, en fin, de mucha gente que no solo ha estado ahí sino que me ha dejado también estar ahí para regar la plantita de la amistad. Quizá una de las cosas que me dejó mal sabor de boca fue haber perdido a uno de mis mejores amigos por huevadas, creo que es una de las cosas más tristes que me pasó, pero, bueno, también sirvió para entender que la gente cambia y que hay veces en las que ya no encajas nomás. Por mis amigos, al año un 9,5.

Por lo demás, todo muy bien, de verdad estoy feliz y superoptimista por lo que se viene. Propósitos para este año: ser un poco más ordenada y más disciplinada, leer mucho más, involucrarme más con lo que sucede a mi alrededor, conocer París, y eso, y, si la vida lo permite, enamorarme.

Gracias a todos los que están ahí por compartir el año conmigo, la vida conmigo, que todo sea perfección de ahora en adelante. Amén.

viernes

La orden secreta de la desmemoria

Ayer, mientras bailaba en mi bar favorito, llegó, por intermedio de un chileno enviado, la revelación que cambió mi vida y mis percepciones. En el momento menos pensado se me abrieron los oídos y este chico soltó la frase: 'Los caballeros no tenemos memoria'. Y de pronto se abrió el cielo y aparecieron, cual legión de ángeles, frente a mis ojos los caballeros de la orden de la desmemoria.

Entonces entendí, por fin a mis treinta años, que no son unos imbéciles que se hacen los locos cuando al fin han logrado tener sexo contigo, NO: son unos caballeros. Tampoco es que sean unos huevones de mierda cuando se olvidan de las fechas importantes, NO: son unos caballeros. Cuando te han llamado toda la semana y te los encuentras por casualidad y no te saludan, no es que sean unos hijos de puta, NO: son unos caballeros. Cuando te dicen que han olvidado cargar el teléfono y por eso no te han llamado en toooooooooooooooooda la semana, no es una mentira, es la puritita verdad, y todo se debe a su desmemoria de caballeros.

Es increíble cómo un secreto tan bien guardado durante milenios me fue revelado, ahora lo entiendo todo, he sido bendecida con muchos caballeros en la vida, hereje de mí, he blasfemado contra la santa orden de la desmemoria. De hoy en adelante prometo entender a estos caballeros y esfumarme de su vista antes de que puedan recordarme.

miércoles

El fin de una era (2)

Primera acción. Contactos borrados de mi celular (en orden de importancia y de penita): Oasis, .......................................................................................................................................................Gato bonsái, Amante azul y el príncipe que se convirtió en sapo. QEPD

El fin de una era

Bueno, no solo lo digo yo, sino lo dicen todos los horóscopos. Todos coinciden en algo para capricornio este año: empieza un nuevo ciclo. Y, sí, de un tiempo acá es lo que estoy sintiendo, siento que se van cerrando muchas cosas, a veces voluntariamente, otras sin que yo lo espere ni lo precise. Se están acabando muchas cosas. Y están empezando otras.

En mi profesión, por ejemplo, siento que están empezando a pasar muchas cosas buenas, positivas, alucinantes. Mi maestría es también una de las buenas cosas que han empezado. En fin, siento que están sucediendo cosas.

El hecho de haberme mudado también fue para mí de verdad un comienzo, dije en algún post anterior que sentía que la Olivia que se quedaba en la otra casa era distinta a la Olivia que entraba en la nueva, y es cierto, no sé si son las buenas energías que quedaron en esa casa o las buenas energías que llevé, pero es como que siento haber encontrado al fin mi sitio físico para quedarme un tiempo. Y es hermosa además esa sensación de ver cómo me voy adueñando del espacio, cómo llegan mis cosas, cómo tengo cosas que son mías, que me cuestan, que me gustan.

El finde que pasó mis papás se llevaron de mi casa mi vieja cama, que estaba rota desde finales del 2006, y en la que había dormido toda mi vida. Yo sé que es solo un objeto, pero cuando la veía ir era como si sintiera que se iba mucho de mí.

Eso, estoy sintiendo que se acaba una era, que la Olivia que llega a los treinta es mucho más feliz que la Olivia de hace un tiempo, siento que he aprendido muchas cosas, que quiero comerme el mundo, que quiero bailar y reír. Sí, y agradezco, porque sin duda el ciclo que se acaba hizo de mí mucho de lo que soy.

Bueno, empiezo esta etapa con energías, que viva la vida y que reparta a cada uno lo que se merece.

sábado

Indiferencia

Ayer me surgió una pregunta: ¿es posible que alguien nunca pueda serte indiferente?

No sé, pasa el tiempo, pasan cosas, pasa mucha vida por nuestras vidas, tenemos experiencias nuevas, tenemos expectativas nuevas, visiones nuevas, en fin, nos renovamos, pero hay afectos que siempre quedan intactos. Hay gente que tiene el don (o la maldición) de siempre tocarte, por más lejos que estés de lo que fuiste cuando estuvo en tu vida. Hay personas que solo con mirarte te transportan, solo con hablarte te regresan. No sé si eso es bueno, insisto en que no sé si es un don o una maldición, si son alas o son anclas, no sé. De pronto solo sea como un recordatorio del corazón de que eres capaz de sentir, de que hay sentimientos más fuertes que cualquier distancia que prevalecen pese a todo, que te devuelven a tu esencia, a tus sueños, a tu pequeñez y a tu grandeza. O talvez se trate de la manía de aferrarse a lo que se sintió y huir de lo que se puede ser capaz de sentir.

La cosa es que anoche lloré y también agradecí. En fin, no sé si es dolor o es la alegría de los reencuentros.

Lilit me recomendó que no me haga expectativas, que no tenga esperanzas, es difícil, muy difícil porque hay sentimientos y yo siempre me he dejado ganar por los sentimientos, cuando están... Y tampoco sé si quiera optar por la indiferencia, cuando el corazón me recuerda que todavía soy capaz de sentir...

¿Será mucho pedir que los treinta vengan con un poquito de cabeza y sabiduría?

miércoles

JAPY NIU YER

Bueno, yo no suelo evaluar mi año nuevo sino hasta el 11, el día de mi cumple, ¡que viva el narcisismo! Pero igual hay mucho que quiero decir y mucho en lo que he pensado, así que...

Pasé el fin de año con mi familia, fue muy lindo, claro que faltó mi hermana y la familia no estuvo completa, pero la pasé genial, fue el colofón perfecto para este año que ha sido bueno, un año en el que agradezco muchas cosas.

Pero quizá algo que agradezco mucho, algo que de hecho he agradecido sin parar durante estos treinta años, ha sido tener a mi familia. Siempre hemos sido muy unidos y muy cercanos en todos los aspectos. Agradezco mucho tener a los padres que tengo, que han sido siempre un gran apoyo y un gran ejemplo. Es chistoso porque a veces uno suele ser el peor crítico de sus padres, yo lo he sido muchas veces, muchas veces he sido incluso cruel, pero a medida que pasan los años he aprendido a valorarlos y a admirarlos por todo lo que han sido capaces de sacrificar por mis hermanos y por mí.

En fin, de verdad siento que sin ellos no fuera lo que soy ahorita y sin el apoyo de mi familia no me sentiría tan segura como para ir avanzando como voy avanzando. Es chévere esa sensación de saber que hay gente en el mundo que te quiere y te acepta como eres, que todo el tiempo, pase lo que pase, estará ahí para apoyarte, para poner las manos en el fuego por vos. Y es pleno saber que eres capaz de hacer lo mismo sin esperar nada a cambio.

Eso, tener a mis padres y a mis hermanos es algo que agradezco todo el tiempo y de lo que me siento superorgullosa. Que Dios nos siga bendiciendo y manteniéndonos unidos. Feliz año.