jueves

Shhhhhhhhhhhhhh

Ya van algunas veces que trato de empezar a escribir algo y no termino. No me sale nada, no se me ocurren cosas interesantes. Nada, es como si entrara despacito al blog y hasta me gustara verlo dormir. No sé. Pero este silencio no es un silencio malo, eso sí, es un silencio en el que están pasando cosas, digamos que estoy hasta flipando en colores (léase refeliz), pero prefiero que se quede calladito mientras las cosas van sucediendo y yo voy disfrutando, también por eso de que las energías se dispersan. En fin, que no cunda el pánico que Olivia hoy no está solo mirando la ventana desde el tren. Se ha bajado y ha decidido caminar para mirar la vida de otra manera, como quien sigue el viaje pero mirando vitrinas, sonriendo a la gente, sintiendo el vientecito y dejándose mojar por la lluviecita que no deja de caer en Quito.
Eso, quizá nos topemos en alguna parte y nos tomemos un cafecito (perdón por los excesitos de diminutivos)

martes

Que no te suceda esto

Noticias: la buena, que al fin tengo cámara. La mala: que mis botas negras acaban de fenecer, bueno empezaron a morir esta tarde, cuando el cierre de la una colapsó, me tocó estar todo el día así.


Patético, ¿no? Una pérdida total y absoluta de glamour. Sé que dirán que es solo cuestión de cambiar el cierre. No, es otra señal de que las etapas terminan, tendré que decirle a mi mami que me compre unas botas, pero esta vez con cierres decentes y de señorita.

sábado

Los treinta

Eso, pues llegaron los treinta, y gracias a Dios llegaron bien, llenos de sorpresas y de buenas energías. Ayer fue un día superpleno, creo que uno de los mejores cumples que he tenido en la vida, un augurio, espero, de que esta década va a ser a lo bestia, feliz y maravillosa. Durante el día no dejé de recibir llamadas, mensajes, tarjetas, sorpresas, regalos y muchos abrazos, la fiesta de la noche salió superbien, en fin, todo fue perfecto. Ayer me sentí como una hija mimada de Dios, espero estar a la altura de tanto cariño, de verdad.

Bueno, y con el 11 de enero, con los 30, llega el momento de la evaluación anual. ¿Qué puedo decir de este año? Pues puedo decir que ha sido un año que empezó en un cinco y terminó en un diez, desde enero de 2007 a acá, todo ha sido un descubrimiento, tanto de la vida, de las cosas, como de mí misma. Este año he aprendido a conocerme mucho, a entederme mucho, a poner nombre a muchas cosas, a tener paciencia, a quererme más, a exigirme más también, a dar más de mí en todos los aspectos. Y la cosecha siempre ha sido asombrosa. Ha habido momentos turbios, han pasado cosas tristes, empezando por la muerte de mi abuela y varias otras cosas. He llorado, me he enamorado luego de mucho tiempo, me he acercado mucho a varios de mis amigos, han aparecido pocos amigos nuevos, pero hay gente muy buena que está aquí.

Ha sido un año lleno de cambios, de comienzos, y, claro, de finales, pero ha sido de verdad un año muy muy bueno y estoy muy agradecida por eso, agradecida con Dios, con la vida, con mi familia, con mis amigos, con todo.

En el trabajo, las cosas han marchado muy bien, siento que este año he aprendido a encontrar el sentido de todo lo que hago, sin duda la experiencia de dar clases ha aportado mucho al encuentro de ese sentido, a saber que no hago las cosas solo por mí sino por las generaciones que vienen, por los 'hijos' que dependen de lo que ahora les vayamos dejando. Empezar mi maestría también ha sido un gran regalo, por la gente que he conocido, por las cosas que he aprendido, ha sido también un gran ejercicio de disciplina y de constancia. En el aspecto de la profesión, 2007 fue un 11, de verdad , y se vienen muchos planes y muchas cosas nuevas.

En amores... Pues lo destacado fue el hecho de descubrir que el corazoncito late y que no soy una autómata que vive sin vivir y sin ser capaz de amar. Si las cosas no funcionaron con Oasis, pues no funcionaron y de seguro vendrá algún día el adecuado y seré muy feliz. Lo mejor de la experiencia fue saber que el amor está ahí (Love is in the air lalalalalala) y que solo es cuestión de perder el miedo y abrirle las puertas cuantas veces sea necesario. Espero de verdad que Oasis sea muy feliz, que la vida le llene de cosas buenas y que algún día también sea capaz de darse la oportunidad de amar y de amarse. Eso. En amores, este año sería un 8, no ha llegado al 10 porque sigo sola y esperando (aunque no sentadota pero sí mientras viajo), pero solo el hecho de saber que puedo querer son pulgares para arriba.

Vida social... pues muchas farras y muchos excesos, despedí la década como se debe y no me arrepiento, les saqué el sucio a los veintes y todo muy bacán. Algo de lo que estoy muy agradecida este año es de mis amigos, de esa familia ampliada que es un regalo, de Lilit, de Ícaro, de la Maga, de mis amigas del cole, en fin, de mucha gente que no solo ha estado ahí sino que me ha dejado también estar ahí para regar la plantita de la amistad. Quizá una de las cosas que me dejó mal sabor de boca fue haber perdido a uno de mis mejores amigos por huevadas, creo que es una de las cosas más tristes que me pasó, pero, bueno, también sirvió para entender que la gente cambia y que hay veces en las que ya no encajas nomás. Por mis amigos, al año un 9,5.

Por lo demás, todo muy bien, de verdad estoy feliz y superoptimista por lo que se viene. Propósitos para este año: ser un poco más ordenada y más disciplinada, leer mucho más, involucrarme más con lo que sucede a mi alrededor, conocer París, y eso, y, si la vida lo permite, enamorarme.

Gracias a todos los que están ahí por compartir el año conmigo, la vida conmigo, que todo sea perfección de ahora en adelante. Amén.

viernes

La orden secreta de la desmemoria

Ayer, mientras bailaba en mi bar favorito, llegó, por intermedio de un chileno enviado, la revelación que cambió mi vida y mis percepciones. En el momento menos pensado se me abrieron los oídos y este chico soltó la frase: 'Los caballeros no tenemos memoria'. Y de pronto se abrió el cielo y aparecieron, cual legión de ángeles, frente a mis ojos los caballeros de la orden de la desmemoria.

Entonces entendí, por fin a mis treinta años, que no son unos imbéciles que se hacen los locos cuando al fin han logrado tener sexo contigo, NO: son unos caballeros. Tampoco es que sean unos huevones de mierda cuando se olvidan de las fechas importantes, NO: son unos caballeros. Cuando te han llamado toda la semana y te los encuentras por casualidad y no te saludan, no es que sean unos hijos de puta, NO: son unos caballeros. Cuando te dicen que han olvidado cargar el teléfono y por eso no te han llamado en toooooooooooooooooda la semana, no es una mentira, es la puritita verdad, y todo se debe a su desmemoria de caballeros.

Es increíble cómo un secreto tan bien guardado durante milenios me fue revelado, ahora lo entiendo todo, he sido bendecida con muchos caballeros en la vida, hereje de mí, he blasfemado contra la santa orden de la desmemoria. De hoy en adelante prometo entender a estos caballeros y esfumarme de su vista antes de que puedan recordarme.

miércoles

El fin de una era (2)

Primera acción. Contactos borrados de mi celular (en orden de importancia y de penita): Oasis, .......................................................................................................................................................Gato bonsái, Amante azul y el príncipe que se convirtió en sapo. QEPD

El fin de una era

Bueno, no solo lo digo yo, sino lo dicen todos los horóscopos. Todos coinciden en algo para capricornio este año: empieza un nuevo ciclo. Y, sí, de un tiempo acá es lo que estoy sintiendo, siento que se van cerrando muchas cosas, a veces voluntariamente, otras sin que yo lo espere ni lo precise. Se están acabando muchas cosas. Y están empezando otras.

En mi profesión, por ejemplo, siento que están empezando a pasar muchas cosas buenas, positivas, alucinantes. Mi maestría es también una de las buenas cosas que han empezado. En fin, siento que están sucediendo cosas.

El hecho de haberme mudado también fue para mí de verdad un comienzo, dije en algún post anterior que sentía que la Olivia que se quedaba en la otra casa era distinta a la Olivia que entraba en la nueva, y es cierto, no sé si son las buenas energías que quedaron en esa casa o las buenas energías que llevé, pero es como que siento haber encontrado al fin mi sitio físico para quedarme un tiempo. Y es hermosa además esa sensación de ver cómo me voy adueñando del espacio, cómo llegan mis cosas, cómo tengo cosas que son mías, que me cuestan, que me gustan.

El finde que pasó mis papás se llevaron de mi casa mi vieja cama, que estaba rota desde finales del 2006, y en la que había dormido toda mi vida. Yo sé que es solo un objeto, pero cuando la veía ir era como si sintiera que se iba mucho de mí.

Eso, estoy sintiendo que se acaba una era, que la Olivia que llega a los treinta es mucho más feliz que la Olivia de hace un tiempo, siento que he aprendido muchas cosas, que quiero comerme el mundo, que quiero bailar y reír. Sí, y agradezco, porque sin duda el ciclo que se acaba hizo de mí mucho de lo que soy.

Bueno, empiezo esta etapa con energías, que viva la vida y que reparta a cada uno lo que se merece.

sábado

Indiferencia

Ayer me surgió una pregunta: ¿es posible que alguien nunca pueda serte indiferente?

No sé, pasa el tiempo, pasan cosas, pasa mucha vida por nuestras vidas, tenemos experiencias nuevas, tenemos expectativas nuevas, visiones nuevas, en fin, nos renovamos, pero hay afectos que siempre quedan intactos. Hay gente que tiene el don (o la maldición) de siempre tocarte, por más lejos que estés de lo que fuiste cuando estuvo en tu vida. Hay personas que solo con mirarte te transportan, solo con hablarte te regresan. No sé si eso es bueno, insisto en que no sé si es un don o una maldición, si son alas o son anclas, no sé. De pronto solo sea como un recordatorio del corazón de que eres capaz de sentir, de que hay sentimientos más fuertes que cualquier distancia que prevalecen pese a todo, que te devuelven a tu esencia, a tus sueños, a tu pequeñez y a tu grandeza. O talvez se trate de la manía de aferrarse a lo que se sintió y huir de lo que se puede ser capaz de sentir.

La cosa es que anoche lloré y también agradecí. En fin, no sé si es dolor o es la alegría de los reencuentros.

Lilit me recomendó que no me haga expectativas, que no tenga esperanzas, es difícil, muy difícil porque hay sentimientos y yo siempre me he dejado ganar por los sentimientos, cuando están... Y tampoco sé si quiera optar por la indiferencia, cuando el corazón me recuerda que todavía soy capaz de sentir...

¿Será mucho pedir que los treinta vengan con un poquito de cabeza y sabiduría?

miércoles

JAPY NIU YER

Bueno, yo no suelo evaluar mi año nuevo sino hasta el 11, el día de mi cumple, ¡que viva el narcisismo! Pero igual hay mucho que quiero decir y mucho en lo que he pensado, así que...

Pasé el fin de año con mi familia, fue muy lindo, claro que faltó mi hermana y la familia no estuvo completa, pero la pasé genial, fue el colofón perfecto para este año que ha sido bueno, un año en el que agradezco muchas cosas.

Pero quizá algo que agradezco mucho, algo que de hecho he agradecido sin parar durante estos treinta años, ha sido tener a mi familia. Siempre hemos sido muy unidos y muy cercanos en todos los aspectos. Agradezco mucho tener a los padres que tengo, que han sido siempre un gran apoyo y un gran ejemplo. Es chistoso porque a veces uno suele ser el peor crítico de sus padres, yo lo he sido muchas veces, muchas veces he sido incluso cruel, pero a medida que pasan los años he aprendido a valorarlos y a admirarlos por todo lo que han sido capaces de sacrificar por mis hermanos y por mí.

En fin, de verdad siento que sin ellos no fuera lo que soy ahorita y sin el apoyo de mi familia no me sentiría tan segura como para ir avanzando como voy avanzando. Es chévere esa sensación de saber que hay gente en el mundo que te quiere y te acepta como eres, que todo el tiempo, pase lo que pase, estará ahí para apoyarte, para poner las manos en el fuego por vos. Y es pleno saber que eres capaz de hacer lo mismo sin esperar nada a cambio.

Eso, tener a mis padres y a mis hermanos es algo que agradezco todo el tiempo y de lo que me siento superorgullosa. Que Dios nos siga bendiciendo y manteniéndonos unidos. Feliz año.