lunes

Y eso sería, básicamente

Bueno, resulta que terminé con PJ. Sí ya pasó hace como tres semanas pero recién ahora me pongo a escribir. Igual no hay mucho que decir. Las cosas se terminaron porque no íbamos en la misma onda, porque estábamos subidos en el mismo tren pero no íbamos al mismo sitio. Es una pena. la verdad, de hecho lo único que pienso cuando pienso en este rompimiento es eso: qué huevada. Es una huevada que hayamos terminado, o mejor dicho que no haya funcionado. Es una huevada porque nos queríamos y nos sentíamos a gusto y cuando estábamos juntos todo era tan divertido y tan mágico. Es una huevada porque quieras o no siempre te queda esa sensación estúpida de qué hice mal, por qué no soy yo la mujer para él ni él el hombre para mí. Es una huevada porque mi casa, el barrio, la música, el café de la mañana, el pan, las golosinas, las películas, todo está lleno de PJ y ya no está y nunca más va a estar ni vamos a ser los dos que algún rato fuimos. Es una huevada porque aunque nos digamos que vamos a ser amigos, es una mentira porque nunca fuimos amigos, porque siempre fuimos pareja y a veces hasta ni sé si fuimos pareja o no. En fin. Es una huevada porque puedo soportar los días, pero las noches me resultan complicadas y me cuesta poder dormirme. Porque otra vez toca hacer un millón de cosas sola y esperar a ver si algún día aparece la persona que sea para mí. Eso.
Pero de todas maneras no todo es tan terrible, al fin y al cabo aunque sea triste no me arrepiento de la decisión qeu tomé porque juntos ya no íbamos a ninguna parte, porque al final de todo ya no me sentía a gusto, porque me molestaba tener que ser yo la que tenga que estar esperaaaaaaaando a ver si él me daba un poco de su tiempo libre, a ver si se dignaba dormir conmigo, en fin, a ver si dejaba de trabajar y me daba el tiempo que esta relación y yo nos merecíamos. No termino enojada ni odiando, no, solo con pena de que no haya funcionado, de que no hayamos sido compatibles a la hora de la hora, de que nuestras taras mentales sigan impidiéndonos ser felices. Y no hay vuelta atrás porque yo no voy a ceder y PJ tampoco.
De esta historia he sacado dos cosas importantes:
Una, que en cualquier parte y de la manera más sorpresiva puedes encontrar y conocer a alguien. Que solo es cuestión de tener las antenitas alertas y hacerle caso al clic, aunque luego se apague.
Dos, que ahora ya sé lo que quiero, ya sé cuál es el tipo de relación que me interesa y, por consiguiente, sé qué es lo que no quiero, lo que no me interesa, lo que no me llama.
Eso sería, básicamente, qué pena que no haya funcionado, de verdad, pero así es la vida, los viajes son los viajes y hay que aprovechar mientras duren... Igual, el último tren nunca se me va a ir.