lunes

Olivia multiproyectos

En realidad ahora debería estar haciendo alguna de las mil cosas que tengo que hacer. Para variar ando metida en mil ocupaciones, soy la Olivia multriproyectos. Siempre he sido así, desde chiquita me metía en cuanto grupo podía haber y en cuanta actividad surgiera, gratuita por supuesto porque mis papás nunca tuvieron para meterme a ballet ni música ni a canto ni a nada de eso.
Me gustaba tanto meterme a todo que una vez, en primer grado, una de mis profes me dijo en mal tono que era una comedida y me resentí a morir por el insulto, yo quería estar en todo. Así fue que alguna vez fui scout, monaguilla, pastorcita en Navidad, lectora en todas las misas, representante del grado al concurso de ortografía, representante del spelling, poeta, cuentista, etc., etc., etc. En fin, si no ando metida en mil cosas no soy yo. He oído que eso de estar en mil cosas es un poco falta de autoestima porque no se puede decir no, bueno yo nunca he sabido decir no, aunque ahora estoy aprendiendo.
La cosa es que, para variar, ahora soy ochenta mil cosas, ochenta mil Olivias: la profe, la estudiante, la correctora, la lexicógrafa, la periodista, la bloguera, mil cosas. Y pese a que ahora soy muy dueña de mi tiempo a ratos no alcanzo a hacer nada. En parte porque no me basta ser multiproyectos reales, soy también multiproyectos fantasía, la divagación es mi vida paralela y no me concentro tan fácilmente.
He aprendido mucho con las ochenta mil cosas que he sido y que soy, y me gusta porque no solo aprendo y conozco gente sino que me conozco y me aprendo, pero a veces creo qeu también es una manera de huir, si tuviera tiempo libre realmente libre tendría que enfrentarme a la única Olivia que se divide en todas y no sé si me llegue a gustar, al menos como está ahora.
En fin, este post ha sido una divagación completa, como la que tengo en mi cabeza todo el tiempo. La verdad es que para ser ahorita esta Olivia bloguera tuve que esconderme de la Olivia profe, que tiene que preparar un curso virtual para ya pero tiene pereza de empezar. Lo malo es que por el momento esa es la Olivia que da de comer a las otras Olivias, así que creo que hoy no voy a poder huir de ella.

domingo

Nostalgia de Olivia

He dejado de escribir en el blog. Tengo muchas cosas que decir, pero nunca encuentro las palabras. Por eso siento nostalgia de la Olivia que empezó a escribir y que tenía tanto que decir. Ahora hay tanto, pero no hay cómo y me da un poco de penita. Me puse a repasar los posts que he puesto desde que empecé el blog y han pasado tantas cosas: cambios de casa, novios, romances, dolores, alegrías, planes, amigos, idas, venidas, viajes... en fin, muchas cosas, y me pregunto dónde está Olivia ahora. A veces me siento en ninguna parte, como que la vida no avanzara o como que avanzara pero sin mí, como si me estuviera quedando como simple espectadora de todo, como esos espectadores que van al cine a ver lo que sea porque lo que quieren es estar ahí, mirando cómo la vida pasa frente a sus ojos sin tomar partido. Me siento así, con las cosas pasando y yo quedándome, y quedándome sin ganas de ir, ni de ser ni de estar.
Tengo nostalgia de la Olivia que podía reflexionar y escribir y decir y decirse lo que iba sintiendo, porque de esa manera desmadejaba los hilos mentales que se iba armando. Ahora tengo hilos mentales en todas partes, siento una madeja enorme en el corazón y no tengo ni idea de cómo hacer para desmadejarla. Sé que una de las palabras es voluntad, pero me falta.
Espero que pronto pase todo esto, que algún rato alguien salga de la pantalla y me obligue a ser parte del filme, seguramente ese alguien deberé ser yo misma, la Olivia que siempre ha salido sola, la que no se ha dejado nunca, la que es.
Eso, mientras tanto trataré de seguir desmadejando todos estos miles de hilos, y poco a poco ir separando los colores y las texturas para luego sí ponerme a tejer algo decente y que me guste y que tenga ganas de usar.