sábado

Uno de esos días

Resulta que hoy es uno de esos días en los que me pregunto dónde puedo conseguir de esos perfumes con feromonas para ver si alguien se me acerca aunque sea para invitarme a un chicle. Hace casi un año que terminé con mi ex y desde ahí no he tenido una sola cita, nadie que me llame, que me invite, una ilusión nada. En general me encuentro bien sin pareja, no es que muera por tener un novio, pero sí me estresa un poco el hecho de nunca hacerme levantes de ningún tipo en ninguna parte. Lo de que soy fea está descartado, igual lo de que soy tonta. Pero no dejo de preguntarme qué soy para que nadie quiera ni siquiera salir conmigo. Veo a mis amigas salir con chicos, conocer gente; cada vez es más frecuente que mis amigas que eran solteras como yo se casen o tengan un novio tras otro, y es como que siento que me voy quedando. Y a eso sumémosle que ya tengo 33 :-(. En fin, hoy estoy chancecito morelia. La cosa es que yo sé que va a llegar alguien, tengo la total certeza, no sé cuándo ni cómo ni por dónde, pero mientras tanto quisiera tener uno que otro levante que me suba los ánimos y la autoestima de vez en cuando. Eso...

domingo

Como en cuaderno nuevo

En la entrada anterior ya dije que este ha sido un tiempo de aprender lecciones. Sigo con eso. Fueron unos meses malos, tristes, estancados, deprimentes, muy muy feos. Pero al final lo estoy superando. También había escrito que una de las cosas que más me ha costado de mi última relación fue perdonarme por haber soportado un maltrato absurdo e innecesario, creo que voy en camino de perdonarme. Hace un par de semanas este tipo al fin me pagó lo que me debía, por fin terminó de hacerlo, y, aunque sé que solo es plata, al fin pude sentir que se cerraba el círculo y sentirme mejor, sentir que hasta ahí llegó el maltrato y que ahora sí puede irse de mi vida para siempre, y espero que sea así.
Por otro lado, hoy L me preguntó cuánto me llevó olvidarme de PJ. Yo no creo que lo olvide nunca, pero a raíz de esto que me ha pasado estos meses me he dado cuenta de que si bien no lo voy a olvidar nunca, que aunque me haya robado a Sabina y a toda mi banda sonora para siempre, me siento por fin capaz de dejarlo ir, de hacer que sea un gran recuerdo, pero solo eso, ya no una esperanza ni un talvez. Ya se puede ir, puede salir al fin de mi corazón y dejar ese espacio para alguien más real y que encaje en mi rompecabezas.
En fin, creo que por fin me siento bien y libre y en paz, por fin siento que puedo soltar los lazos y dejar ir, dejar ir lo malo que tuve y darle a lo bueno que he tenido el lugar merecido e intocable en mi baúl de recuerdos, pero ya no en mi vida ni en mis planes ni en mis sueños.
Eso, me siento como si tuviera un cuaderno nuevo, lista para escribir nuevas cosas, para mirar hacia mí y hacia adelante en este camino.

Berrinches

Este último tiempo ha sido un tiempo de aprender lecciones, muchas lecciones, en cuanto a cómo manejar mi vida y llevar mis relaciones. Espero haber aprendido la lección y ser lo sufiientemente fuerte como para no volver a tropezar con las mismas piedras. En general me siento tranquila, más contenta conmigo misma y más grande; sin embargo, a ratos me dan berrinches como a niña chiquita. Siempre he tenido un problema con la paciencia, siempre he sido demasiado impaciente, aunque la vida siempre me ha enseñado que la magia, el encanto de los regalos está en el saber esperar. Esa es una lección que no aprendo. Siempre me ha tocado seguir caminos largos, siempre les he encontrado sentido, sí, pero no terminan gustándome del todo. Ahora mi gran pregunta es si de verdad habrá alguien para mí, mi gran certeza es que hay alguien para mí, pero este es un camino largo que a ratos no me gusta. No suelo ser de las personas que se quedan a esperar que las cosas le lleguen, no, siempre he ido por ellas precisamente por mi impaciencia, pero sé que hay cosas que no están en mis manos y que no puedo salir a buscar. Tampoco voy a poner mi vida y mis esfuerzos en función de encontrar a alguien pero quiero que llegue, y lo peor es que no sé cómo hacer para que venga ni para traerlo desde el planeta en el que está. He tenido muchas experiencias con todo tipo de hombres y cada vez siento que el que es para mí está demasiado lejos porque no puede estar entre tanta mierda que me he encontrado. Quiero creer que el amor existe, que hay alguien para mí, quiero vivir con esa certeza pero no hay respuestas de ningún tipo. Eso, hasta aquí el berrinche.