jueves

Como quien se da una vuelta

Resulta que en la mitad del camino me volví a encontrar con este blog y me dio ganas de detenerme un ratito y de escribir algo.
En estos meses han pasado muchas cosas chéveres e interesantes y otras no han pasado, se han quedado como estaban, así como cuando uno va a una casa de hacienda o de abuelita y ve los muebles cubiertos o el polvo encima de todo.
Lo importante ha sido que la vida ha seguido, que a medida que voy caminando me voy dando cuenta del valor que tienen las estaciones, de lo rico que es quedarse pero también de lo bueno y lo sano que es tomar la decisión de irse y seguir el camino.
La historia de PJ se acabó sin más, después de circunstancias que ya no escribí aquí, fue triste, pero pasó, la estación está cada vez más lejos y está en un circuito por el que creo que no voy a volver a viajar. A veces queda un poquito de penita, pero también ha sido bueno entender qeu cuando no te quieren no te quieren nomás y es mejor, más valiente, más sano, más inteligente irse antes quedarse tratando de meter la llave en la cerradura equivocada. Eso.
De ahí, de amores cero, nada, ni una invitación a un chicle ni una llamada telefónica, nada de nada, hace como faltita pero también estoy consciente de que hay muchas cosas que curar antes de meterme en una relación o empezar a conocer gente.
De las cosas buenas... uf. Terminé mi maestría y ya tengo dos, no me ha servido de mucho aún la segunda, pero espero qeu con el tiempo tenga sentido. La primera sí que sirvió y me gané una beca maravillosa en la que estoy aprendiendo muchísimo, claro qeu las horas de sueño han disminuido, pero el trabajo es tan bacán qeu no me importa.
También tengo carro y es chistoso cómo poder movilizarte sola te abre un mundo inexplorado, divertido. Ya me he chocado, pero el hecho de conducir me ha enseñado a ser más paciente y menos arrebatada.
Eso, en estos meses también ha sido bueno tener a mis amigos, son un regalo por el qeu agradezco todos los días y me siento muy feliz de que estén ahí y también de poder estar, ese compartir la vida y mirarnos en el espejo del otro siempre es muy bueno para seguir adelante.
Y eso sería todo básicamente, chévere detenerme un ratito en la estación Olivia para mirar cómo van las cosas, sigo de viaje.

2 comentarios:

Ti. dijo...

uff!! Tú al volante, ya lo sabía pero siempre asusta. jiji

Olivia dijo...

Jjajajajaja, chistosa, pero verás que me va mejor de lo que creía