miércoles

Ausencias

Hoy quiero escribir sobre las despedidas, sobre las ausencias. Hoy mi hermana se fue y fue triste despedirle, aunque al final sepas que el tiempo pasa volando y que los viajes son oportunidades de crecer, que cuando alzas las alas te vuelves más sabio porque puedes ver las cosas desde otras dimensiones. En fin, solo espero que le vaya bien y vernos pronto, en París... Siempre nos quedará París.

Son tristes las despedidas y son más tristes aún las ausencias, las transitorias o las definitivas. Es verdad que uno siempre está con la gente que quiere, que el alma tiene dimensiones que no imaginamos, cuántas veces hemos sentido junto a nosotros presencias de personas que no están, cuántas veces nos hemos descubriendo hablando con alguien que físicamente no está a nuestro lado pero sentimos. Sí, a mí me ha pasado muchas veces que he sentido abrazos virtuales o de otras dimensiones y he sentido la fuerza de la gente que quiero así no esté a mi lado. Muchas veces también me he transportado lejos lejos de mí para hacer sentir a alguien cuánto lo apoyo y lo quiero. En fin, es triste la ausencia física, pero tan relativa la ausencia en sí. Lo feo es que la ausencia se convierta en un hueco, en una nada que duele más y te da frío.

Obviamente la ausencia de mi hermana no será de las que da frío, aunque sin duda la extrañaré. Tengo muchos amigos lejos a los que siento incluso más cerca que a los que están a aquí y veo siempre. En, fin las ausencias.

Pero volviendo a las ausencias que duelen, quizá pensándolo bien sea más sano hacer que se las trague el mismo hueco en el que se convierten, más sano porque así eliminas toda esperanza de volver y todo vacío. Estas sí son las despedidas tristes. Eso, vaya collage de mis divagaciones.

martes

La correctora aburrida

"Para de ejercer tu profesión, aburre", lo dijo gato bonsái. Hoy ha sido un día bastante gris, no solo porque en Quito no ha dejado de llover, sino porque es un día de esos en que parece que se juntan todos los astros para amargarte la vida y te la dejas amargar y encima te rematan el día diciéndote aburrida. Ah, y ni hablar del incontenible síndrome premenstrual.

Lo peor de todo es que lo de aburrida puede ser cierto, más allá de que el comentario en mi 'blue day' (gris más bien) me pareció grosero. Yo trabajo con las palabras todo el tiempo, todo el tiempo, no puedo evitar fijarme en ellas, rondan en cada uno de mis comentarios, en cada una de mis lecturas, incluso en varios de mis chistes. No solo son mi profesión sino también mi pasión y no puedo evitar desligarme de ellas. Es triste a ratos pero esa es la verdad y no me avergüenza.

Sé que a mucha gente puede parecerle aburrido que siempre hable de mi trabajo, de hecho yo he pensado muchas veces que debería cambiar de temas pero no puedo, al menos con la gente con la que no tengo nada en común y a la que puedo aburrir. O sea, no creo que mis amigos se aburran porque me conocen y me quieren así y además hay mil y un temas en común que se van dando porque nos abrimas el corazón. En fin, dejar de ejercer mi profesión es algo que no podré dejar de hacer. Quedarme muda, sin mis palabras, lluchitica ahí en medio del ruido es imposible, sorry gato bonsái.

No sé, pero creo que el asunto va más allá del comentario y de ser una persona aburrida y de mis días grises. El asunto topa un límite al que no quiero llegar porque asusta. Misterio de misterios, quiero hablar sobre eso pero me he quedado sin palabras. Tal vez mañana vengan a mí.