miércoles

So far, so close

Solo eso, tan cerca y tan lejos, sobre todo tan lejos.

martes

Bodas y promesas

Resulta que en menos de un año se casan mis dos hermanos, yo soy la mayor de los tres. No es esta una entrada de queja ni de lamentaciones, ya tuve dos días para eso, sí solo dos, que fue lo que me duró la depresión 'porque ellos se casan y yo no'. No voy a negar que es raro esto de tener ya casi 35 y ver que mis pequeños empiezan a hacer sus vidas y yo sigo aquí, del otro lado, todavía confiando en las promesas del universo.
Pero hace unos meses, cuando pidieron la mano de mi hermana 'chiquita', me di cuenta de que en realidad no hay una fórmula para nada. Las historias de mis hermanos son diametralmente opuestas: mi hermano estuvo enamorado de mi cuñada a la distancia nada menos que ocho años hasta que al fin decidieron casarse, eso fue hace cuatro y de estos cuatro años, digamos que han estado unos dos juntos, porque ella no es de aquí. Pero como siempre el universo confabula para que seamos felices, el fin de semana que pasó al fin se casaron el eclesiástico, mi hermano viene en una semana y mi cuñada talvez cuando se acabe el año. Es extraño, pero es su forma de amar, es su forma de corroborar que lo que parece imposible a la vista de cualquiera es posible para Dios o el cosmos o la vida o el azar o como quiera que decidamos llamarlo.
La historia de mi hermana es corta y ordenada: se conocieron, se enamoraron, se comprometieron, compraron una casa, ya mismo se casan el civil, el eclesiástico será glamuroso, hermoso, en fin, todo bien, sin complicaciones ni esperas. No hay una fórmula, a unos les tocan los caminos cortos y a otros los largos, a unos los más rectos y a otros los más sinuosos, todo depende de la cantidad de cosas que debamos aprender hasta que al fin podamos encontrar eso que tanto buscamos.
Yo no sé cuál sea la fórmula que le calce a Olivia, solo sé que el universo también confabula por mí y que las promesas se cumplen, y que el rato menos pensado estaré contando en el blog otras historias y dando otros anuncios, no lo sé, solo sé que mientras tanto debo ocuparme de las cosas que están en mis manos, como iluminar mi camino, iluminarme...

jueves

La tercera vida de la Princesa Gato

Resulta que en durante su corta existencia, Olivia, de ahora en adelante la Princesa Gato, ha muerto ya dos veces. La primera fue como hace diez años, cuando ese novio con el que se iba a casar terminó casándose con otra. Puñalada en la espalda, otra certera en el corazón y, bum, se terminó la primera vida de Olivia. Tocó reconstruir absolutamente todo y todo es todo. Tocó recoger una por una las trizas y reconstruir a Olivia, y en este caso la segunda versión fue mucho mejor que la primera. La segunda Olivia nació más fuerte, más independiente, más decidida. En su segunda vida, Olivia hizo muchas cosas que siempre quiso: estudió, viajó, se independizó, se acostó con quien le dio la gana, amó, desamó, conoció a otro hombre maravilloso (PJ, por supuesto), se dio contra el piso, pero no murió. La muerte de la segunda Olivia fue diez años después de la primera, fue una muerte lenta y dolorosa, en la que fue cómplice y víctima, vino con ese tipo del que ni siquiera vale la pena acordarse. Olivia murió desangrada, dolida, flagelándose de la culpa por haberse dejado matar. Pero Olivia, siguiendo su vocación de gato, volvió a recoger las trizas, las botó a la basura y se reconstruyó solita. Y es ahí donde está la Princesa Gato: en plena reconstrucción, creando una tercera versión mucho más fuerte que las dos anteriores, rehaciéndose, rearmándose, reconociéndose. Y esta reconstrucción, mucho más consciente que las otras dos, sana a medida que avanza, se fortalece, alegra. No sé cuánto dure esta tercera vida, pero sé que será mucho más rica, pues no solo me siento más fuerte, sino que me siento más sabia, más centrada, más feliz con mi vida y mi persona. En fin, al final todo tiene su recompensa y estoy segura de que los frutos van a verse pronto, no sé si salgan de uno en uno o en racimos, pero veo venir la cosecha. Salud por la Princesa Gato.

martes

Cambios, comienzos, decisiones

Ya dije que esta es una etapa de cambios, de cambios históricos diría yo, de cambio de vida, de piel, de alma, de look, de casa, de todo. Pero por eso mismo, por todo este cambio, estoy un poco asustada, confiada también pero asustada. En este tiempo ha aprendido mucho, de hecho, podría ponerme ahorita mismo a escribir un libro de autoayuda con todo lo que he aprendido y sé y domino en teoría, pero viene ese miedito de no estar preparada en la vida real para enfrentar las cosas que se vienen. Me siento preparada para cualquier cosa, sé que estoy más grande, siento que he madurado mucho en este tiempo, que cosas que antes me deprimían ahora ya no me importan, que estoy aprendiendo a ver el vaso lleno y que eso me hace feliz. De hecho, cada vez que me levanto siento una extraña alegría que no sentía hace tiempos y me pongo a pensar en lo fácil que es ser feliz. Pero a ratos, como ahora, me ahuevo, tengo miedito de tomar bien las decisiones que debo tomar. Ahora debo tomar una, en apariencia fácil, pero me surge la duda de si de verdad estaré preparada para afrontar ciertas cosas que implica, si de verdad he madurado tanto como para tomar las coincidencias como simples circunstancias o si me estoy engañando. Pero por otro lado me digo que la mejor manera de probar si la teoría ha sido asimilada es saltar al ruedo y agarrar al toro por los cuernos, que si me hiere es parte del aprendizaje, que si me hiero también será parte de este aprendizaje. En fin, sé que ahora tengo más armas para enfrentar todo, sé, sobre todo, todo lo que he aprendido a quererme y a respetarme, sé que soy mucho más luminosa que cuando morí por segunda vez, sé muchas cosas, pero me asusta no estar preparada. A veces quisiera que en sueños se me aparecieran los ángeles y me dieran las respuestas a todas mis dudas, no sé saber interpretar los signos de los tiempos para encontrar mi respuesta. En fin, que sea lo que Diosito quiera, que si Él me ha traído hasta aquí y me ha facilitado las cosas sea porque Él mismo me va a guiar en el camino. Amén.

domingo

De procesos y caminos largos

Para variar, hace tiempos que no escribo. La verdad estoy metida en un proceso extraño, rico, maravilloso, pero muy extraño para mí: el proceso de quererme como me merezco que me quieran. Estoy haciendo varias cosas que implican salir de la zona de confort y eso a veces asusta, pero también emociona, es como explorar esos caminos vírgenes a los que uno no se mete por miedo a las bestias. Mi zona de confort siempre ha sido la moreliada, me acostumbré demasiado a quejarme por absolutamente todo, a ver el vaso medio vacío, si no vacío del todo, todas las veces. Me acostumbré a ser la pobrecita de mí porque esa era la manera de conseguir cariño,. o al menos eso creía mi inconsciente. Sin embargo, todo este comportamiento solo ha logrado con el tiempo alejarme de mucha gente (lógico, todo el mundo tiene sus complicaciones como para escuchar las complicaciones, a veces inventadas, de otros) y no solo del resto de gente, sino alejarme de mí.
Y resulta que salir de esa zona de confort, tan absurda, pero de cierto modo cómoda, no es tan fácil. Dejar los comportamientos a los que te has acostumbrado toda la vida no es sencillo porque están arraigados en ti, es como si una pensara que ser así es la única manera de sobrevivir. Y resulta que no, que una no está aquí para sobrevivir sino para vivir, para querer, para ser querida, para gritar y bailar y aprender, sobre todo para aprender. Estoy tratando, como decía de ver el vaso medio lleno, de dejar la moreliada, de aprender a estar conmigo, a quererme, a cuidarme. Me veo a veces como una niña chiquita que necesita todos mis cuidados, como alguien a quien tengo que enseñar a crecer y a prepararse para el mundo. Talvez empezar este proceso a los 34 parezca un poco extemporáneo, pero no lo es, hay que empezar en algún momento y qué mejor momento que ahora.
Alguna vez, en algún post, hablé de los caminos largos, de que a mí siempre me han tocado caminos largos en lugar de caminos cortos, y de que son una prueba para mi impaciencia, pues este proceso es un camino largo, pero en este camino largo debo aprender a caminar, a ver el paisaje, a quererme mucho como me merezco que me quieran, nadie va a llegar a mi vida a llenar espacios que yo misma no me puedo llenar, no puedo darle a nadie ni exigir de nadie lo que no tengo, tengo que iluminar mu camino, y aunque el proceso sea largo debo enfocarme en ese vaso lleno.
Y eso, divagando ando.

viernes

Mira tú

Pues que no me había percatado de que el 9 de abril Ante todo el glamour cumplió cinco años, eso es mucho, mucho tiempo. Otra razón para celebrar el vaso medio lleno.

Consolación

Hace tiempos que no escribo, pasa con frecuencia. Es como si las palabras fueran un poco reacias a venir a mí, y eso que son mi mundo, mi trabajo, mi relax, todo. Han pasado más de cuatro meses desde que escribí el último post. No ha pasado mucho, en realidad. En el campo donde hay novedades, como siempre, es en el profesional. Estoy contenta con todo lo que pasa, están saliendo trámites que parecían estancados, uno de los legados que voy a dejarle a la vida está casi listo, terminé de escribir mi primer diccionario, a partir del domingo sale mi columna semanal en una revista cultural, en fin, todo sale bien y estoy contenta. Es, como siempre, el premio al trabajo duro, a las metas claras, al enfoque.
En el resto, todo bien, muchas gracias :-) Estos tiempos han sido buenos también para crecer por dentro, para interiorizar en muchas cosas, para entenderme.
No canto victoria, por supuesto, ni en lo profesional ni en lo personal, porque sé que aún quedan muchas batallas, pero aprender y comprender tantas cosas me ha ayudado mucho a saber que todo es pasajero y que siempre vendrán otros tiempos. La clave es bajarle el drama a la vida y aprovecharla porque es corta y vale la pena sacarle el jugo.
Eso, que vivan los vasos medio llenos.

martes

Olivia 3.4 reloaded

Ya es 11 de enero, y empieza el año nuevamente, acabo de quemar un pequeño monigote que tenía escrito todo lo que quiero quemar para este año, la casa huele a humo pero me siento muy bien.
El año que pasó fue un año definitivamente malo, malísimo, asqueroso, creo que pocas veces en la vida me he sentido tan deprimida como me sentí buena parte de este año que pasó. Pero ya pasó, ya es un nuevo año y espero que este sea mucho mejor, bueno, no solo espero, estoy muy segura de que va a ser así.
¿Evaluación del año? Malo, ya lo dije. Pasé gran parte flagelándome por haber sido todo lo que fui, por haber dejado que abusaran de mí, no solo en cuestión amores sino también en cuestión trabajo, pero creo que al final me doy cuenta de que todo eso fue para fortalecerme, para enseñarme a no dejarme. En el trabajo el año terminó mucho mejor, y creo que en ese sentido, en ese nivel aprendí más rápido. En cuestiones de amores no aprendo tan rápido, recién, hace un par de semanas, volví a recaer, una historia de la que no vale la pena hablar, pero al final me doy cuenta de que no importa, de pronto las lecciones no se aprenden tan rápido pero se aprende con el tiempo a ser más fuerte, y creo que lo lograré, poco a poco, un día a la vez, pero lo lograré.
Este ha sido un año en el que me he sentido sola, muy sola muchas veces, casi todas mis amigas solteras han encontrado un amor este año y me alegro mucho, muchísimo, pero es inevitable que novio mate a amiga y me he ido sintiendo sola.
También me da pena haber perdido a algunos amigos, no por peleas sino porque la vida es así, la gente se va, se separa, cambia y no hay nada que una pueda hacer, pero también están esas amistades que se fortalecen, que viven, que continúan. De hecho creo que el mejor regalo como siempre son mis amigos, los que quedan, los que me ayudan a seguir, con sus palabras, con su compañía, con su risa, o solamente con su estar y con su dejarme estar.
2011 fue duro, pero ya terminó. Terminó con un angelito más en el cielo, con mi abue preciosa que estoy segura de que ahora mismo está rezando por mí, cerquita de Dios, están también mis angelitos, ese Dios que me acompaña y que siempre me hace sentir que más adelante hay algo. Últimamente estoy tratando de volver a mí, de retomar esa espiritualidad que había perdido, de volver a acercarme a mi Diosito y encontrar en él y adentro mío también esa esencia que he perdido, que se ha llenado de ceniza.
Para este año, como deseo de cumpleaños quiero salud, trabajo y, sobre todo, un hombre bueno, que me quiera y se deje querer, ya es hora de que llegue y estoy segura de que va a ser así, por el momento voy a tratar de desbrozar el camino, de volverme mucho más luminosa para todo lo que bueno venga a mí, y rebote, por supuesto, a mis amigos maravilosos y a la familia espectacular con la que Diosito me ha bendecido.
Y eso, bienvenidos 34, ya son full años.

lunes

Cromo repetido no llena el álbum

Gran parte del año que pasó me la pasé autoflagelándome, echándome a la cara lo boba, lo antiprevisiva, lo permisiva, etc. que he sido en mi vida, sobre todo a raíz de mi última experiencia amorosa. Gran parte de este año que pasó, igual, me la pasé reflexionando sobre lo que quiero en mi vida y lo que no. He descubierto patrones de mis relaciones que no quiero repetir. Y no solo en relación con lo amoroso, también con lo profesional. Pero, bueno, el objeto de esta entrada es hablar de los patrones amorosos que no quiero repetir. No quiero hombres a los que les valga mierda, que quieran conquistar mi cuerpo pero les valga un huevo mi corazón, que no hagan un esfuerzo por estar conmigo, que sean egoístas, que sean tacaños, que no se den un momento para pensar en mí, que solo vean su lado de la moneda (o de la cama o de la relación), no quiero repetir historias que ya he vivido. No quiero hombres que no me traten con respeto, o con cariño, o con igualdad. No quiero seguir repitiendo los patrones que he repetido, quiero encontrar al hombre bueno que luche por merecerme y que me haga sentir que vale la pena luchar por él. Este año que pasó, que ha sido difícil, fuerte, me ha dejado enseñanzas importantes y una de ellas es que mi lugar en el mundo es importante, que Olivia es una mujer excepcional que se merece a un hombre excepcional y un amor excepcional. Gran parte de este año pasé autoflagelàndome y mirando lo peor de mí, pero eso mismo me ha llevado a darme cuenta de que esta Olivia es muy distinta a la de antes y que no puede repetir los mismos patrones, quiero llenar el álbum y ganarme el premio, si sigo coleccionando cromos iguales no voy a lograr nada. He dicho.