domingo

Entre la valentía y la insensatez

Resulta que hace algo así como un par de meses sufrí de una sobredosis de Sabina, un viernes en que no tenía planes, y me dio por escucharlo y tomar pisco. La cosa es que gracias a Sabina y al pisco me atreví a escribirle un mail a PJ en el que le decía que pese a todo el tiempo que no sabemos del otro no quiere decir que no le recuerde siempre con cariño. Y PJ respondió y me dijo que el sentimiento era mutuo y que él también siempre me recordaba pero no había tenido la valentía de escribir un mensaje y decírmelo. Desde ahí hubo varios mensajes medio pendejos en los que fue lindo saber del otro pero no nos dijimos mucho, al menos ninguno insinuó siquiera la posibilidad de volvernos a ver. Luego la cadena se rompió (PJ ya no tuvo nada más que decir) y ahí quedó todo. Hace algunas semanas lo volví a ver, a la distancia, y seguí caminando. Una semana después de eso lo volví a ver en la misma esquina, a la misma distancia y lo saludé de lejos, él hizo lo mismo, pero seguí caminando, no caminando, casi empecé a correr, cuando bien pude haberme quedado esperando que cruzara el semáforo para conversar y oír su voz a los tiempos, pero no lo hice, corrí. Y, claro, a la semana siguiente volví a pasar a la misma hora por la misma esquina y ya PJ no apareció. Parece una historia adolescente, pendeja, platónica, y tal vez lo es. La cosa es que esto me puso a pensar entre cuál es el límite entre la valentía y la insensatez, si de verdad fue valiente volverle a escribir o más fue insensato de mi parte, si de verdad PJ fue cobarde por no haber escrito nunca un mensaje, o si solo fue sensato. No sé, la cosa es que por más que me muera de ganas de abrir la puerta, por más que el corazón quiere escribir y esperar en la esquina no lo hago y no por miedo, sino porque me pregunto qué sentido tendría. En fin, ¿de verdad cuando abrimos puertas herméticamente cerradas somos valientes o solo somos unos insensatos que nos empeñamos en despertar fantasmas?

1 comentario:

Ti. dijo...

y veces me pregunto ¿no será mejor no regresar a tocar puertas que ya nos dieron varios portazos en la nariz?