lunes

Cromo repetido no llena el álbum

Gran parte del año que pasó me la pasé autoflagelándome, echándome a la cara lo boba, lo antiprevisiva, lo permisiva, etc. que he sido en mi vida, sobre todo a raíz de mi última experiencia amorosa. Gran parte de este año que pasó, igual, me la pasé reflexionando sobre lo que quiero en mi vida y lo que no. He descubierto patrones de mis relaciones que no quiero repetir. Y no solo en relación con lo amoroso, también con lo profesional. Pero, bueno, el objeto de esta entrada es hablar de los patrones amorosos que no quiero repetir. No quiero hombres a los que les valga mierda, que quieran conquistar mi cuerpo pero les valga un huevo mi corazón, que no hagan un esfuerzo por estar conmigo, que sean egoístas, que sean tacaños, que no se den un momento para pensar en mí, que solo vean su lado de la moneda (o de la cama o de la relación), no quiero repetir historias que ya he vivido. No quiero hombres que no me traten con respeto, o con cariño, o con igualdad. No quiero seguir repitiendo los patrones que he repetido, quiero encontrar al hombre bueno que luche por merecerme y que me haga sentir que vale la pena luchar por él. Este año que pasó, que ha sido difícil, fuerte, me ha dejado enseñanzas importantes y una de ellas es que mi lugar en el mundo es importante, que Olivia es una mujer excepcional que se merece a un hombre excepcional y un amor excepcional. Gran parte de este año pasé autoflagelàndome y mirando lo peor de mí, pero eso mismo me ha llevado a darme cuenta de que esta Olivia es muy distinta a la de antes y que no puede repetir los mismos patrones, quiero llenar el álbum y ganarme el premio, si sigo coleccionando cromos iguales no voy a lograr nada. He dicho.

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