jueves

La tercera vida de la Princesa Gato

Resulta que en durante su corta existencia, Olivia, de ahora en adelante la Princesa Gato, ha muerto ya dos veces. La primera fue como hace diez años, cuando ese novio con el que se iba a casar terminó casándose con otra. Puñalada en la espalda, otra certera en el corazón y, bum, se terminó la primera vida de Olivia. Tocó reconstruir absolutamente todo y todo es todo. Tocó recoger una por una las trizas y reconstruir a Olivia, y en este caso la segunda versión fue mucho mejor que la primera. La segunda Olivia nació más fuerte, más independiente, más decidida. En su segunda vida, Olivia hizo muchas cosas que siempre quiso: estudió, viajó, se independizó, se acostó con quien le dio la gana, amó, desamó, conoció a otro hombre maravilloso (PJ, por supuesto), se dio contra el piso, pero no murió. La muerte de la segunda Olivia fue diez años después de la primera, fue una muerte lenta y dolorosa, en la que fue cómplice y víctima, vino con ese tipo del que ni siquiera vale la pena acordarse. Olivia murió desangrada, dolida, flagelándose de la culpa por haberse dejado matar. Pero Olivia, siguiendo su vocación de gato, volvió a recoger las trizas, las botó a la basura y se reconstruyó solita. Y es ahí donde está la Princesa Gato: en plena reconstrucción, creando una tercera versión mucho más fuerte que las dos anteriores, rehaciéndose, rearmándose, reconociéndose. Y esta reconstrucción, mucho más consciente que las otras dos, sana a medida que avanza, se fortalece, alegra. No sé cuánto dure esta tercera vida, pero sé que será mucho más rica, pues no solo me siento más fuerte, sino que me siento más sabia, más centrada, más feliz con mi vida y mi persona. En fin, al final todo tiene su recompensa y estoy segura de que los frutos van a verse pronto, no sé si salgan de uno en uno o en racimos, pero veo venir la cosecha. Salud por la Princesa Gato.

1 comentario:

Ti. dijo...

Salud... que caigas siempre de pie.