miércoles

Ausencias

Hoy quiero escribir sobre las despedidas, sobre las ausencias. Hoy mi hermana se fue y fue triste despedirle, aunque al final sepas que el tiempo pasa volando y que los viajes son oportunidades de crecer, que cuando alzas las alas te vuelves más sabio porque puedes ver las cosas desde otras dimensiones. En fin, solo espero que le vaya bien y vernos pronto, en París... Siempre nos quedará París.

Son tristes las despedidas y son más tristes aún las ausencias, las transitorias o las definitivas. Es verdad que uno siempre está con la gente que quiere, que el alma tiene dimensiones que no imaginamos, cuántas veces hemos sentido junto a nosotros presencias de personas que no están, cuántas veces nos hemos descubriendo hablando con alguien que físicamente no está a nuestro lado pero sentimos. Sí, a mí me ha pasado muchas veces que he sentido abrazos virtuales o de otras dimensiones y he sentido la fuerza de la gente que quiero así no esté a mi lado. Muchas veces también me he transportado lejos lejos de mí para hacer sentir a alguien cuánto lo apoyo y lo quiero. En fin, es triste la ausencia física, pero tan relativa la ausencia en sí. Lo feo es que la ausencia se convierta en un hueco, en una nada que duele más y te da frío.

Obviamente la ausencia de mi hermana no será de las que da frío, aunque sin duda la extrañaré. Tengo muchos amigos lejos a los que siento incluso más cerca que a los que están a aquí y veo siempre. En, fin las ausencias.

Pero volviendo a las ausencias que duelen, quizá pensándolo bien sea más sano hacer que se las trague el mismo hueco en el que se convierten, más sano porque así eliminas toda esperanza de volver y todo vacío. Estas sí son las despedidas tristes. Eso, vaya collage de mis divagaciones.

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