martes

Mudanzas

Resulta que esta es la última noche en mi casa. Mi primer departamento de soltera. La primera experiencia de independencia total. Esta noche todo es un caos. La casa está repleta de cajas y de bolsas. Los estantes están vacíos. Poco a poco mañana todo se irá quedando vacío, sin mi. Parece mentira que cuando llegué aquí solo tenía mi cama, un velador, la mesa de la tele, la tele y un estante. Ah, y dos pufs. Era un sitio demasiado grande para mis cuatro cosas. Y poco a poco lo fui transformando en mío, poniéndole mucho de mí y también de otros que fueron algún día parte de mí.

Aquí en esta casa han pasado cosas importantes. He vivido muchísimas historias. He disfrutado mucho. Y también he llorado mucho. Creo que una de las cosas que más me ha gustado de vivir sola es que puedes desahogarte todo lo que quieras, sin tener que taparte la cara con la almohada, sin tener que fingir que no pasa nada, sin tener que ponerte máscaras. En esta casa he aprendido a llevar mi vida, he aprendido, en la soledad, que una no debe nunca arrepentirse de las decisiones. Que una sí puede volverse más sabia. En fin, muchas cosas.

Quedan aquí muchos recuerdos. Romances, amores, historias. Quedan tertulias interminables con los amigos, con los vecinos, con la familia. Quedan planes, trasnochadas, quedan las jaladas de pata que hice este año. Quedan muchas cosas. La luz de la mañanita que entraba por la ventana. La alfombra sucia. El walk in closet más hermoso que tendré en la vida. La vista al departamento del frente. El mesón que me quedaba perfecto para escribir. Queda el sitio ideal de mi Tábara. Quedan los clavos que clavó Carlitos para llenar mis paredes. Quedan los dos ambientes que logré con el estante y el biombo. Queda la cocina que mediofunciona. Quedan los cables a borbotones. Queda la cama que se rompió una noche de diciembre. Queda una Olivia. En fin, quedan muchas cosas. Y otras tantas me llevo.

Este tiempo de alguna manera ha sido extraño. Estoy sintiendo que es un tiempo en el que cambio de muchas cosas. Casi casi cambio de piel, como las serpientes. Sí, es eso. Es un cambio de piel. Una mudanza completa. Un inicio. Es como si de verdad la Olivia que va a entrar a la nueva casa fuera otra. Me siento un poco más definida, por decirlo de alguna manera, un poco más contenta, con ganas de hacer muchas cosas. En fin, siento como que crecido mucho en este tiempo y que el tiempo de la cosecha se está acercando. Eso...

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