martes

Los amores cobardes de Olivia Gump

A ver, ayer, luego de escribir el post anterior, le di mi dirección al oasis. He aquí su respuesta:

"Sentir tus sentimientos, tus deseos, ver tus lágrimas correr a través de tu blog, me duele tanto como ese dolor de muela en medio del páramo. Realmente me di cuenta de que no tengo miedo, me di cuenta que no puedo, solo no puedo, se que te quiero, se que podrías ser la mujer que me quedaría por un buen tiempo, se que me harías feliz y yo a ti. Como estoy ahora no me gusta pero estoy comodo de esa manera".

Cómodo de esa manera, así es como está. Y, bueno, yo solo le dije que se quedara con sus comodidades, que me abro, que no me busque ni me llame. Y que no quería perder mi tiempo sufriendo por cobardes. Y solo me dijo chau. Así es cómo terminan las historias en este lado del desierto. Yo necesitaba una certeza, ¡toma tu certeza, Olivia!

Eso, alguien ha dejado pasar a una mujer maravillosa. Alguien se ha perdido conocer el delirio y el polvo, se ha perdido esta bella locura (omito lo de la breve cintura jeje), se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar. ¡Silvio es perfecto! Pudiera transcribir toda la canción: 'La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes, lo amores cobardes no llevan a amores ni a historias, se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar ni el mejor orador conjugar'.

En fin. Si hay algo de lo que estoy segura es de que no me merezco amores cobardes, me merezco un hombre que quiera quedarse, que sea capaz de asumir sus sentimientos y dejar a un lado sus comodidades por hacer el viaje conmigo, y por invitarme a hacer el suyo. A ratos es incómodo compartir el asiento con alguien y compartir la trayectoria. Sí es más fácil hacer los caminos solos, yo lo digo con total certeza. Pero también es adorable y alucinante ir con alguien y saber que van al mismo sitio, aunque ese sitio no sea el definitivo y luego haya que despedirse y coger caminos diferentes.

Eso no más. Un hombre que no está dispuesto a jugárselas por mí no es un hombre que me merezca. Yo sí estaba dispuesta a jugármelas y de hecho era yo quien más arriesgaba, pero, bueno, si no se pudo, no se pudo. Hasta aquí los amores cobardes. Seguramente lloraré un poco, no puedo decir que no me siento triste, porque me temo que me enamoré, pero no hay nada que esta glamurosa mujer no pueda superar. He dicho.

En cuanto a Olivia Gump, venía pensando en el bus sobre todo esto y recordé una escena de Forest Gump, cuando su novia le gritaba 'Corre, Forest, corre'. Y Forest empezó a correr y no dejó de hacerlo. Por el momento solo quiero salir corriendo, a toda velocidad, correr y no detenerme, irme lejos, lejos, lejos. Quizá también a ratos sea yo cobarde, pero ahora solo quiero correr y no mirar atrás. Corre, Olivia Gump, corre. Quizás algún día llegues a alguna parte.

Ah, y algo que olvidaba pero es muy importante. Tengo a mis amigos, agradezco mucho los comentarios de mis vecinas Lilit e Ícaro. Y ayer volví a ver a una amiga muy querida. Tengo a mis amigos y eso es algo que agradezco. Quizá ningún hombre quiera viajar a mi lado, pero hay mucha gente que está ahí para sentarse un ratito conmigo, para amenizar el viaje, para sostenerme. Y para decirme también corre, Olivia, corre, no dejes de correr, que aquí estamos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que tener valor, hasta para correr hay que tener el valor de empezar y el valor de detenerse en algún punto, algún día. Tu valor revitalizó el mío. Para elegir un amante, una pareja, un amigo/a, debes admirar a esa persona, eso creo yo, y nunca te he dicho qué cosas valoro de ti, te he dicho que te quiero, que estoy aquí, que siempre habrá un hombro, que aquí está mi abrazo. Llegó el día de decirte que me gusta cómo escribes, admiro tu valor, en un montón de aspectos, no sólo en lo referente a los hombres, y eso, que para llorar hace falta valor, y que pocos lo tienen, y hay que acostumbrarse a ser de las pocas...

Ti. dijo...

Ya pués... que más vamos hacer correrémos juntas y seguiremos hatsa que nos toque relamente parar. lo único que si me queda por decir es que la certeza, por duro que sea el golpe, es casi siempre lo má sano.
yo también te admiro.

Chetros dijo...

Textos muy sinceros. Valientes por decir lo menos. Como te dije antes dignos de un buen libro, pero, como son tuyos, sabras si algún día los sacas. Hay muchas olivias que se sentirían reflejadas. Gracias por cruzarmelos. Es peligroso porque no querré perdermelos.